La presión arterial puede bajarse con solo una cucharadita menos de sal en las comidas
Lo reveló un estudio publicado en la revista de la Asociación Médica Estadounidense. Qué implican los resultados y cuáles son las recomendaciones de los expertos en hipertensión
Los resultados del estudio fueron publicados en la revista JAMA de la Asociación Estadounidense Médica y presentados en las sesiones científicas de la Asociación Americana del Corazón, que se realizaron en Filadelfia.
Es el primer estudio que demuestra que las personas que ya toman medicación para la tensión arterial pueden reducirla aún más limitando el consumo de sodio, según Norrina Allen, coinvestigadora principal y profesora de medicina preventiva de la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad Northwestern.
Cómo se hizo la investigación
“La hipertensión arterial es la enfermedad crónica más común en el mundo y, para la mayoría de los adultos, la ingesta de sodio en la dieta influye en la presión arterial”, dijo Deepak Gupta, profesor asociado de medicina y director del Centro de Investigación Cardiovascular Clínica y Traslacional, en Nashville, Tennessee, y uno de los coautores del estudio.
Los investigadores midieron la presión arterial de los participantes mientras seguían sus dietas habituales y, a continuación, realizaron un ensayo aleatorizado en estos mismos participantes para comprender cómo la variación en el sodio de la dieta entre una ingesta más alta y más baja en sodio puede relacionarse con los cambios en la presión arterial.
En el estudio participaron más de 200 adultos de 50 a 75 años del estudio Desarrollo del Riesgo Arterial Coronario en Adultos Jóvenes (CARDIA), así como otras personas.
Más adelante, los participantes cambiaron a la dieta opuesta durante una semana. La presión arterial de los participantes se midió durante un período de 24 horas el último día de cada dieta. Los resultados mostraron que una semana de dieta baja en sodio redujo significativamente la presión arterial sistólica en casi el 75% de los adultos.
También encontraron que el promedio de las mediciones de la presión arterial sistólica fue de 125, 126 y 119 milímetros de mercurio (mm Hg) para las dietas habitual, alta y baja en sodio, respectivamente. La presión arterial sistólica se redujo significativamente en 7-8 mm Hg para los participantes que seguían la dieta baja en sodio en comparación con los participantes del grupo de alta en sodio y en 6 mm Hg en comparación con los participantes que seguían su dieta habitual.
Esas reducciones de la presión arterial sistólica son comparables a las que se consiguen con una medicación común de primera línea para la hipertensión, según el equipo del doctor Gupta. La dieta habitual de la mayoría de los participantes ya era muy rica en sodio, aproximadamente 4,5 miligramos por día. La presión arterial sistólica de los participantes no fue significativamente mayor con la dieta rica en sodio que con la dieta habitual.
Por el contrario, volver a una dieta rica en sodio sí elevó la presión arterial cuando se partía de la referencia baja en sodio. “Estos resultados indican que la disminución de la presión arterial mediante la reducción de sodio en la dieta puede lograrse de forma segura y rápida en una semana”, dijo Gupta. “Nuestro estudio también respalda la postura de la Asociación Americana del Corazón de que consumir un exceso de sodio por encima de los niveles recomendados se asocia a un aumento de la presión arterial”, añadió.
Además, el efecto de la reducción de sodio en la dieta sobre la presión arterial fue consistente en individuos con presión arterial normal, presión arterial alta tratada y presión arterial alta no tratada. “Esto refuerza la importancia de reducir la ingesta de sodio en la dieta para ayudar a controlar la presión arterial, incluso entre los individuos que ya toman medicamentos para la hipertensión”, dijo Gupta.
“Al igual que cualquier actividad física es mejor que ninguna para la mayoría de las personas, cualquier reducción de sodio de la dieta habitual actual es probablemente mejor que ninguna”, sostuvo.
A diferencia de varios de los mayores estudios previos que examinaban el efecto del sodio sobre la presión arterial, el ensayo incluyó a personas que tomaban medicación para la hipertensión arterial, así como a personas con diabetes (de tipo 1 o de tipo 2 no recogidas), señalaron los investigadores.
Qué dicen los expertos sobre el estudio
“Se trata de un estudio interesante, pero se queda a mitad de camino en algunos aspectos. Los investigadores analizaron el efecto del consumo de la sal sobre la presión arterial. Examina la diferencia de la presión arterial según el consumo de sal y luego el uso de medicamentos antihipertensivos”, explicó a Infobae la doctora Judith Zilberman, coordinadora del Servicio de Hipertensión Arterial del Hospital General de Agudos Dr. Cosme Argerich en la ciudad de Buenos Aires y miembro de la Federación Argentina de Cardiología.
Señaló que los autores mencionan una comparación entre el descenso del consumo de sal y un medicamento de primera línea. “Dependerá del tipo de fármaco monodroga asociado. Porque hoy las guías indicar iniciar un tratamiento combinado de dos o tres fármacos según los antecedentes del pacientes, excepto en personas mayores o personas lábiles que se inician con una sola droga”.
El número de participantes fue bajo e incluye subgrupos, y la presión varía según los grupos étnicos, advirtió Zilberman. “La comparación de la reducción del consumo de sal con lo que hace un medicamento de primera línea debería ser más estudiada para tener pruebas más sólidas. Podría confundir a los profesionales de la salud y a la población en general”, sostuvo Zilberman.
También la especialista consideró que “si bien es un trabajo desafiante, tiene limitaciones. La población debe consultar y medirse la presión arterial para detectar la hipertensión de manera temprana. Si se diagnostica hipertensión, se debe reducir el consumo de sal y acceder y adherir al tratamiento que indicará el profesional de la salud”.
En países como la Argentina, “el nivel máximo de sal recomendado por día era de 5 gramos. Pero se consumían 11 gramos como promedio. La ley de alimentación saludable que exige el etiquetado frontal puede ayudar a que la población tenga en cuenta el exceso de sal que se encuentra en productos ultraprocesados”, resaltó la experta.
En tanto, Marcos Marín, ex presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión, opinó al ser consultado por Infobae: “El estudio en los Estados Unidos suma más evidencias en relación a que una dieta baja en sodio puede bajar los niveles de presión arterial. Se trata de un trabajo con una muestra limitada de participantes y duración corta”.
Demuestra que “solo en una semana los pacientes pueden bajar la presión arterial si bajan el consumo de sal. El desafío es mantener ese consumo de manera sostenible en el tiempo. Por eso, yo le recomiendo a mis pacientes con hipertensión que no deberían comer diariamente un sandwich, facturas o una pizza. No más de 2 gramos de sal por día. En cambio, deberían consumir más frutas y verduras, que tienen potasio y contrarresta el efecto de la sal. Cuando la persona se acostumbra a comer con menos sal, el mismo organismo empieza a rechazarla”.