La pelea de Arce y Morales en el MAS también divide a la justicia de Bolivia: el caso del juicio a Jeanine Áñez

Un duelo muy torpe, aunque con sutilezas de fondo, enfrenta hoy a los caudillos socialistas sobre la manera en cómo tratarán de mantener en la cárcel a la ex presidenta


Tribunales judiciales de El Alto y Sacaba se declararon incompetentes para iniciar un juicio ordinario a Áñez porque, según argumentan, sería ilegal y definiría como nulo todo lo que ella hizo, incluidas las elecciones en que ganó Luis Arce en 2020.

Pero si Áñez fuera sometida a juicio de responsabilidades, el cocalero Morales, sus ministros que armaron el fraude electoral denunciado por la OEA en 2019, y los 50 militares presos, serían llamados a declarar y dar testimonio de todo lo que hicieron ese año.

Esto se parece a una partida de grandes maestros de ajedrez. Morales exige con todas sus fuerzas un juicio ordinario y Arce, sin decirlo, apoya el juicio de responsabilidades.

En ambos casos, es ella la acusada, pero en el primero, el perjudicado es uno de los caudillos y en el segundo caso, es el otro.

Si se impusiera Morales, Arce quedaría como presidente ilegítimo, pero si ganara Arce, Morales tendría que dar cuenta de todo lo que hizo su gobierno para que la OEA haya llegado a denunciar que en las elecciones de 2019 se dieron 27 formas de dolo electoral.

Toda esta saga salió a la luz cuando el tribunal de justicia de El Alto se declaró incompetente para iniciar el juicio de responsabilidades a la señora Áñez, a principios de octubre pasado.

Y siguió cuando el tribunal de Sacaba, un barrio de Cochabamba, hizo lo mismo con el argumento de que un juicio ordinario contra Áñez perjudicaría a las víctimas que cayeron en la represión de las protestas masistas en 2019.

Morales dijo que todo esto estaba armado por Arce para hacer que no se decrete la sentencia contra el gobierno transitorio de Áñez que debió enfrentar las protestas de los seguidores de Morales.

El cocalero ha logrado que su pieza principal en el sistema judicial, el fiscal general Juan Lanchipa, diga ahora que Áñez merece juicio ordinario y que llevará a la justicia a los jueces que se niegan a hacerlo.

Lo dijo un día después de que el Consejo de la Magistratura había proclamado, por boca de su presidente, Marvin Molina, que respeta todas las sentencias de los 1.000 jueces que existen en Bolivia.

La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez (EFE/Stringer)
La ex presidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez (EFE/Stringer)

La oposición no ha entendido todavía el sentido profundo de esta batalla y se mantiene en silencio. Ni siquiera lo han entendido las supuestas víctimas de la represión que habría ordenado Áñez para evitar hechos de violencia de los abandonados seguidores del cocalero en noviembre de 2019.

Morales no quiere juicio de responsabilidades para Áñez porque sabe que entonces él mismo sería llamado como actor y testigo de esos hechos y tendría que explicar también cómo es que se negó a cumplir el referéndum de 21 de febrero de 2016 por el cual él no podría ser candidato en las elecciones de 2019.

Y luego, él y sus colaboradores tendrían que revelar los detalles del fraude electoral de 2019, que llevó a que esas elecciones fueran anuladas cuando la OEA presentó su informe.

Lo que llevaría a que se demuestre que en aquellos días no se dio un golpe de Estado, como sostiene la propaganda del cocalero, sino un fraude escandaloso que le obligó a renunciar y huir.

En el otro caso, del juicio ordinario contra Áñez decretaría que todo lo que ella hizo en su mandato constitucional fue ilegal, incluida la elección de octubre de 2020 en que ganó Luis Arce.

¿Qué hacer? Cualquiera de estos desenlaces es perjudicial para el MAS, porque anula a uno de los dos caudillos del partido.

Los masistas que entienden este intríngulis dicen que lo mejor sería optar por la fórmula que condene a Morales, porque ya está muy desprestigiado debido a sus vínculos con el narcotráfico.

Los otros prefieren que quien salga perjudicado sea Arce, que podría ser destituido por inconstitucional, lo que obligaría a llamar a elecciones anticipadas.

En este caso, para concluir con este embrollo, en las elecciones anticipadas el ganador sería un candidato de la oposición, cuyo nombre no se conoce, porque no existe todavía, aunque sería un triunfo aplastante.

Si fuera posible complicar más las cosas, el ex juez Sergio Moro, ahora senador en Brasil, dice que Bolivia no podría ingresar al Mercosur porque tiene “presos políticos” y menciona a Áñez.


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