La inteligencia de Estados Unidos reveló que el Grupo Wagner enviará a Hezbollah sistemas de defensa rusos

El accionar de Moscú podría fortalecer a la milicia terrorista que responde a Irán y abrir un segundo frente de ataque en El Líbano, en un momento en el que las FDI han logrado importantes avances en Gaza sobre el enemigo

Puntualmente, los wagneritas planean enviar SA-22, también conocidos como Pantsir, que desde un vehículo militar, con misiles antiaéreos y fusiles de defensa, permiten interceptar aviones, drones y municiones guiadas de precisión enemigas.

Moscú proveerá sistemas de defensa aérea SA-22 de Wagner a Hezbollah, lo que permitiría abrir un segundo frente de combate (REUTERS)
Moscú proveerá sistemas de defensa aérea SA-22 de Wagner a Hezbollah, lo que permitiría abrir un segundo frente de combate (REUTERS)

Esta participación de Rusia en el conflicto se da en un momento clave para Israel en el que sus Fuerzas de Defensa lograron adentrarse exitosamente en Gaza y dividir el norte en dos zonas, para facilitar los combates y ataques contra Hamas.

Es por ello que, con la llegada de los SA-22, el grupo armado libanés podría estar lo suficientemente fortalecido como para concretar sus amenazas e ingresar formalmente en el conflicto, abriendo así un segundo frente de combate para Israel.

Los preparativos rusos se dan en un momento clave para Israel en el que logró adentrarse exitosamente en Gaza y dividir la ciudad en dos (Europa Press)
Los preparativos rusos se dan en un momento clave para Israel en el que logró adentrarse exitosamente en Gaza y dividir la ciudad en dos (Europa Press)

Tanto Hezbollah como Hamas forman parte del Eje de la Resistencia, liderado por Irán que, a su vez, es un antiguo aliado de Rusia y cuyo vínculo se ha estrechado en los últimos meses.

Desde que Teherán se enfrentó a la ola de protestas que se desataron tras la muerte de una joven kurda en manos de la Policía de la Moral, y ante la necesidad de Moscú de hacerse con armas para continuar con su ofensiva sobre Ucrania, los mandatarios han intensificado los diálogos y envíos de armamento.

“Los conflictos de Ucrania en Oriente Medio tienen vínculos claros. Desde que cortamos los medios tradicionales de Rusia para abastecer a su ejército, ha recurrido cada vez más a Irán en busca de ayuda. A cambio, Moscú ha suministrado a Irán tecnología militar cada vez más avanzada, lo que supone una amenaza para la seguridad de Israel”, sumó por su parte el secretario de Estado, Antony Blinken.

Así, aunque Moscú se esfuerce por mantenerse al margen de este conflicto -el pasado jueves recibió a autoridades de Teherán y Hamas pero aseguró que fue en el marco de las negociaciones por la liberación de los rehenes rusos- lo cierto es que su influencia sobre Oriente Próximo es mucho mayor a la que se cree.

Aunque Moscú se esfuerce por mantenerse al margen de este conflicto, lo cierto es que lleva más tiempo en el bando de Irán y Siria que de Israel, y su influencia en Oriente es mayor de la que se cree (REUTERS)
Aunque Moscú se esfuerce por mantenerse al margen de este conflicto, lo cierto es que lleva más tiempo en el bando de Irán y Siria que de Israel, y su influencia en Oriente es mayor de la que se cree (REUTERS)

Rusia mantiene, desde la era soviética, su apoyo al nacionalismo palestino. Desde entonces ha entrenado a combatientes y hasta armó a los países árabes que se enfrentaron con Israel en 1973. Si bien Benjamin Netanyahu solía llamar a Putin su “viejo amigo” y admira el potencial regional de su nación, Moscú ha estado más tiempo del lado de Siria e Irán que de Tel Aviv.

Inclusive, funcionarios europeos denunciaron ante la ONU que los rusos “son los que más se benefician del escenario actual” ya que han podido acercar posiciones con naciones críticas a Israel.

Esto quedó expuesto cuando la última semana vetó junto a China una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que pedía el cese de armamento a Hamas, pausas en los combates y protección a los civiles.

Después de todo, Putin necesita sacar provecho de esta inestabilidad y -por lo menos intentar- distraer a Occidente, especialmente a Estados Unidos, o, inclusive, verlo derrotado en este frente.


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