GRUPO B I ARSENAL 2 - SEVILLA 0 / Un Sevilla de Regional

Penosa imagen del equipo nervionense en el Emirates y los octavos de Champions, más lejos. Diego Alonso sigue experimentando y puede haber perdido a Soumaré ante el Betis.

José A. Espina
As
El Sevilla se dejó en el Emirates muchas de sus opciones de clasificación para octavos de Champions y de paso, una buena parte de la paciencia (porque crédito poco ha acumulado) con Diego Alonso. Un entrenador que no sólo no ha mejorado a Mendilibar: lo empeoró y parece haber dilapidado hasta las virtudes que todavía le quedaban al equipo bajo el mando del entrenador vasco. Un Sevilla penoso, sin orden de concierto, que en estos seis partidos de Alonso solamente ha ganado un partido, de Copa y ante el Quintanar de la Orden. Un Sevilla que en Londres, más que de Champions, pareció de Regional. Y todo, justo antes de jugar el próximo domingo un duelo vital por los puntos y muchas cosas más que tienen que ver con el sentimiento: el derbi ante el Betis.

El once desnudó las intenciones de Diego Alonso: un ojo reservón en el derbi y el otro, embrujado por esa espiral de experimentación en la que se ha metido el técnico charrúa, que sigue sin enterarse de la película. Una alineación extraña en la que sorprendía la aparición de Kike Salas por el lateral izquierdo, con Pedrosa en el extremo, y también la inclusión de Joan Jordán en un centro del campo sin Soumaré. Sin Ocampos ni Lukebakio por las alas, En-Nesyri regresaba en el lugar de Mariano. El delantero marroquí no andaba nada contento con el súbito banquillazo, pero esta titularidad la habían pintado envenenada: escasamente asistido, vivió como una isla en el desangelado ataque sevillista.

Con Gabriel Jesús, crack en Nervión, fuera de combate, Arteta tampoco pudo contar con su otro delantero puro del equipo, Nketiah. En su lugar aparecía el belga Leandro Trossard, un falso 9 que a la media hora se disfrazó de killer para inaugurar el marcador a pase de Saka (1-0, 29′), justo cuando Diego Alonso había ordenado una defensa de cinco. Vaya desastre de cambio de dibujo.

Casi 20 minutos tardó en pasar del mediocampo un Sevilla apabullado y fuera de sitio, incapaz de dar dos pases seguidos en ataque ni de contener a Martinelli por la izquierda. Y apenas con patadas a Saka por la derecha. Sólo la falta de remate en unas ocasiones y de puntería en otras evitaba que el Arsenal se marchara con más de un gol de ventaja a un descanso del que, ojo, el equipo de Nervión volvió sin realizar una sola sustitución. Le debió de gustar lo que había visto sobre el campo más a Diego Alonso que a Arteta. El uruguayo no hizo cambios y el vasco sí que metió en el campo a Zinchenko, lateral que se metamorfosea en pivote, para tener la pelota todavía más tiempo, si cabía.

Sin cambios, claro, no varió la decoración para el Sevilla. Havertz y Trossard habían avisado con dos disparos que se marcharon por muy poco antes de que Saka, precisamente después de la única combinación potable de los visitantes en campo contrario, cogiera las vueltas a Gudelj y Badé, se deshiciera de Pedrosa y la cruzara a la red (2-0, 64′).

Seis minutos duró Soumaré sobre el campo. Al francés, que pinta a baja importante para el derbi del domingo, apenas le dio tiempo a recibir una amarila en una aparatosa entrada cuando tuvo que ser sustituido a su vez por Mariano Díaz . Precisamente el hispano-dominicano gozó de una gran ocasión, la única, para meter a su equipo en el partido. Se quedó solo aunque escorado ante David Raya y el portero español, un espectador hasta entonces, salvó el 2-1. Luego el partido murió mansamente, sin escarnio para el Sevilla en el marcador. Pero sí, y mucho, en las formas.


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