F1 | GP DE BRASIL / Magia y podio de Alonso en medio de la dictadura de Verstapen

Carrerón del asturiano, tercero en Interlagos con un adelantamiento sublime a Pérez tras varias vueltas de defensa. Verstappen gana delante de Norris. Buen sexto de Sainz.

Jesús Balseiro
As
Mágico, frío y preciso: Alonso regaló a Interlagos un adelantamiento inolvidable sobre Pérez que vale un tercer puesto, el octavo podio del año, y sobre todo devuelve la ilusión a Aston Martin y al alonsismo tras un otoño difícil rematado con un carrerón en Brasil. Su gestión fue óptima, casi siempre en aire limpio por detrás de Verstappen y Norris, y su defensa sobre Checo por la última plaza del podio ya había sido magnífica. Pero el Red Bull era mucho Red Bull, y el mexicano rebasó a Fernando en la penúltima vuelta. Habría sido el final de cualquier batalla, pero Alonso guardó un último as bajo la manga y construyó, paso a paso, una pasada sublime: se pegó al inicio de la recta con una tracción mucho más fina que la de Pérez, se acercó con el DRS, trazó abierto por las ‘Eses’ y se pegó en la recta de atrás para abrirse por fuera y clavar los frenos con agresividad. Lo ejecutó en la ‘cuatro’, pero empezó a adelantar mucho antes. Entraron por la línea de meta pegadísimos, separados por apenas 53 milésimas. Alonso, tercero; Pérez, cuarto.

Todo en una carrera divertida que ganó Verstappen delante de Norris. La salida fue lo que los ingleses denominan ‘evenful’. Repleta de incidentes. Ya en la vuelta de formación, Leclerc se estampó con el Ferrari en la ‘8′, aparentemente por un fallo hidráulico que cuesta muchos puntos. Sin el segundo coche en la arrancada, uno podía esperar mucho de los Aston Martin con pista libre por delante. Pero… bajo los semáforos los dos AMR23 se quedaron clavados y les superaron fácilmente tanto Hamilton como Norris. Al menos Fernando ganó la posición a Stroll. Sainz perdió la plaza con Russell y Pérez, su embrague ya dio signos de fatiga en México y la situación no ha cambiado. Por detrás, en la misma recta, un escalofriante incidente de Albon y Magnussen que salpicó a Hulkenberg (pasó por encima de un neumático suelto, volador), más Piastri y Ricciardo (que pudieron continuar, pero perdieron vuelta con el pelotón) interrumpía la acción.

Bandera roja y media hora para reparar las protecciones de la primera curva. La resalida bajo los semáforos daba pánico, vista la pobre arrancada de los Aston. Pero el miedo era infundado: Alonso fue agresivo ya las ‘Eses de Senna’ y se preparó un adelantamiento precioso sobre Hamilton ejecutado al límite por el interior de la ‘cuatro’. Tercero. Y a tirar en aire limpio. Delante Verstappen superó una leve presión de Norris durante un par de vueltas. Y a tirar también. Era una carrera a dos paradas así que había permiso para vaciar los neumáticos.

Bajón de Mercedes y llegada de Pérez

Los Mercedes adelantaron la primera parada en busca del ‘undercut’ a Checo. Luego se supo que ni Hamilton (8º final) ni Russell (abandonó) tenían ritmo para casi nada. Debían ir justos de temperaturas, visto el abandono del joven inglés. Sainz retrasó el ‘pit-stop’ inicial y cuajó un segundo ‘stint’ muy sólido. Adelantó tanto a Russell como a Hamilton y enfiló hacia un sexto puesto que no le ayuda en el Mundial de pilotos (Norris y Alonso sumaron más), pero sí le distancia con otros diez puntos sobre Leclerc en el campeonato que más importa de todos. Pérez se llegó a acercar mucho al Aston Martin ‘14′, pero apenas le quedaban ruedas. Tomó aire y preparó el ‘undercut’.

El mexicano asumió la iniciativa con ese último cambio de neumáticos una vuelta (47) antes que Alonso (48) en una preciosa lucha por el último puesto del podio. Fernando salió delante con margen (3.8 segundos), aire limpio y una rueda blanda nueva más joven que la de Checo. Pero claro, la diferencia entre coches es descomunal. La presión de Pérez arreció. DRS constante. Asomándose en la ‘uno’ y en la ‘cuatro’. Pegándose a la estela del Aston Martin en la enorme recta serpenteante de Interlagos. Pero… ¿tuvo algún intento serio para lanzarle el coche? Prácticamente no. La defensa de Alonso fue sencillamente perfecta, por el sitio. Limpio en su trazada, un reloj suizo clavando las 15 curvas del Autódromo José Carlos Pace frente a un toro desbocado con una trazada mucho más sucia.

La fría defensa bastaba por el podio… hasta que en la penúltima vuelta Checo se arrimó en la primera curva y adelantó firme a Alonso. Goliath tumbaba a David. Fin de la historia. El cuarto ya valía, claro. Pero no para Fernando: el biacampeón fue gigante cuando se pegó como pudo a la aspiración del Red Bull e inventó un adelantamiento estelar. Se acercó en la recta, trazó al ataque en las ‘Eses’ de su igual y lanzó toda la furia asturiana en la recta de atrás para encerrar por fuera a Pérez y bloquear las puertas del podio. Precioso. Alonso se ganó con todo su talento el octavo podio de la temporada. Bahréin, Arabia Saudí, Australia, Miami, Mónaco, Canadá, Países Bajos… y Brasil. Nueve semanas de diferencia entre los dos últimos, en las que el Aston Martin transitó por un bache que ahora nadie se explica. Porque Stroll fue quinto, también con un coche descomunal. Delante, Verstappen controló y venció a Norris. El público había estallado de alegría. Pero no por el ganador, ni por su ídolo Hamilton. Fue Alonso quien puso en pie a la hinchada de Senna.


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