El Nápoles despierta con Mazzarri
Los azzurri, que en este curso habían fallado en todos los enfrentamientos directos, batieron a la Atalanta a domicilio. Osimhen regresó y fue decisivo.
La primera impresión que dio el cambio en el banquillo azzurro fue el regreso de una presión alta y agresiva, muy parecida a la que se veía con Spalletti. El resultado de esta actitud fue una primera parte espectacular, que los sureños terminaron con el 65% de posesión, el doble de disparos respecto al rival (8 a 4) y dos goles, de los cuales uno fue anulado por cuestión de milímetros.
Tras un cabezazo a la red de Rrahmani a pase de Raspadori, cancelado por el VAR debido a un fuera de juego que nadie había visto, los azzurri se adelantaron con otro testarazo, esta vez de Kvaratskhelia con un centro del capitán Di Lorenzo. Fue una ventaja merecida en unos 45 minutos perfectos para los napolitanos, con un único lunar: Olivera tuvo que abandonar el campo en camilla y entre lágrimas por una lesión en la rodilla izquierda que parece seria.
En la segunda parte la Dea, que también perdió por problemas físicos a Zappacosta, saltó al campo con las ganas de darle la vuelta al marcador. A Mazzarri, que, sin Mario Rui, tuvo que adaptar a Juan Jesus para sustituir a Olivera, le tocó defenderse y encajar enseguida el tanto del empate, anotado por Lookman con un espectacular cabezazo a pase de Hateboer.
El 1-1 aumentó la intensidad de los locales hasta que Mazzarri quitó del banquillo a Elmas y Osimhen. Fueron los dos protagonistas del tanto decisivo, que llegó en el 79′. Tras un mal pase de Carnesecchi, el nigeriano, que jugó sus primeros minutos desde el 8 de octubre, anticipó a un rival con una estirada y le entregó el esférico al macedonio, que lo empujó entre palos. La primera victoria del Mazzarri II llegó con algo de sufrimiento en el tramo final, pero con señales muy positivas.
