El mayor iceberg del mundo está en movimiento por primera vez en más de tres décadas: se dirige hacia el Océano Antártico

Con casi 4.000 km2, el A23a tiene aproximadamente tres veces el tamaño de la ciudad de Nueva York y pesa casi un billón de toneladas métricas

Desde que se desprendió de la plataforma de hielo Filchner-Ronne de la Antártida Occidental en 1986, el iceberg, que en su día albergó una estación de investigación soviética, ha permanecido varado después de que su base quedara atrapada en el fondo del mar de Weddell.

Pero ya no. Imágenes por satélite recientes revelan que el iceberg, que pesa casi un billón de toneladas métricas, se desplaza ahora rápidamente más allá del extremo norte de la Península Antártica, ayudado por fuertes vientos y corrientes.

A medida que gane velocidad, es probable que el colosal iceberg se lance hacia la Corriente Circumpolar Antártica. Esto lo dirigirá hacia el Océano Antártico en una trayectoria conocida como “el callejón de los icebergs”, donde se pueden encontrar otros de su clase flotando en aguas oscuras.

Iceberg A23a supera la Península Antártica en dirección al Atlántico sur (Europa Press)
Iceberg A23a supera la Península Antártica en dirección al Atlántico sur (Europa Press)

Queda por ver por qué el iceberg está huyendo ahora.

“Con el tiempo, probablemente se ha adelgazado ligeramente y ha adquirido un poco más de flotabilidad que le ha permitido elevarse del fondo oceánico y ser empujado por las corrientes marinas”, explica Marsh. El A23a es también uno de los icebergs más antiguos del mundo.

Es posible que el A23a vuelva a encallar en la isla Georgia del Sur. Eso supondría un problema para la fauna de la Antártida. Millones de focas, pingüinos y aves marinas crían en la isla y se alimentan en las aguas circundantes. El Behemoth A23a podría cortar ese acceso.

Pero “un iceberg de estas dimensiones puede sobrevivir mucho tiempo en el océano Antártico, a pesar de que es mucho más cálido, y podría abrirse camino hacia el norte, en dirección a Sudáfrica, donde podría perturbar el tráfico marítimo”, afirma Marsh.


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