El Clásico aún trae cola: se vendieron 640 entradas de visibilidad muy reducida

El aforo de Montjuïc superó con creces las 49.472 entradas que se consideran óptimas, poniendo el club a la venta unas localidades que sólo ofrecían una visión del campo entre el 40% al 80%.

Javier Miguel
As
El vicepresidente de marketing del FC Barcelona, Juli Guiu, desveló hace una semanas en una entrevista al programa ‘Tot Costa’ de ‘Catalunya Ràdio’ que el club blaugrana había alcanzado unos ingresos cercanos a los ocho millones de euros, en la visita del Real Madrid a Montjuïc, considerándolo todo un récord y poniendo especial hincapié en el hecho de que el actual recinto blaugrana tiene un aforo prácticamente de la mitad del Camp Nou.

Sin embargo, se olvidó de explicar que una parte de estos ingresos, por pequeña que fuera, llegaron a través de la venta de unas entradas que se consideran de visión muy reducida: sólo se puede ver entre el 40% y el 80% del campo. En total se vendieron 640 entradas de este tipo, evidentemente a un precio menor, debido a los condicionantes de no poder el campo entero.

Y es que el aforo oficial de Montjuïc, según explicaron este verano los propios responsables del club, es de 49. 472 asientos, de los que 40.103 localidades son de visibilidad total, mientras que hay 9.369 de visibilidad reducida, es decir, entre el 100% y el 80%. Estas son las que el club considera óptimas para ver un partido.

Pero a partir de aquí hay un paquete de 2.716 de visibilidad muy reducida, entre un 40% al 80%, que son la que se pusieron a la venta el día del Clásico, mientras que otras 2.179 se consideran directamente de visibilidad nula y no se pueden comerciar en ningún caso.

Como el aforo del partido ante el Real Madrid, según anunció el propio club al descanso, fue de un total de 50.112 espectadores, queda más que claro que aparte de las 49.472 localidades consideradas óptimas, el club recurrió a los paquetes de visibilidad muy reducida, con el claro agravante que eso supuso para los aficionados que subieron a la montaña ese día, que debieron disfrutar más del ambiente en las gradas que del partido en sí.


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