Djokovic gana ante Sinner sus séptimas ATP Finals
El serbio apabulla al italiano para lograr el récord de campeonatos y superar a Federer. Redondea un año espectacular con tres títulos de Slams y las Finals.
“Coronarme contra el héroe local, Jannik, que ha jugado un tenis increíble esta semana, es fenomenal”, dijo el número uno del mundo (hoy inicia su semana 400 al frente del ranking) redondeó así una temporada espectacular, en la que ha ganado, además de las Finals, tres de los cuatro Grand Slams (Open de Australia, Roland Garros y US Open). También fue finalista en el otro, Wimbledon, donde perdió contra Carlos Alcaraz, a quien eliminó el sábado en las semifinales de la Copa de Maestros. Además, el titán de Belgrado triunfó en Adelaida 1, Cincinnati y París. Siete trofeos que le convierten en líder de la temporada por delante del español (6) y de Daniil Medveved (5). Djokovic alcanza los 98 títulos en su carrera y le pisa los talones a Federer (103) e incluso a Jimmy Connors (109). Terminado el curso ATP, aún le queda otro reto: ganar de nuevo la Copa Davis con Serbia, que juega el jueves en cuartos de las Finales de Málaga contra Grand Bretaña. Curiosamente, allí podría enfrentarse de nuevo a Sinner, si su nación avanza e Italia puede ese mismo día con Países Bajos.
La victoria 50 de Djokovic en las Finals se gestó el sábado, cuando el balcánico se dio cuenta del nivel tenístico que era capaz de alcanzar y que le llevó a dejar sin opciones a Alcaraz. Crecido por ese triunfo tan claro ante un NextGen, a Sinner lo barrió desde la línea de saque. En el primer set solo perdió dos puntos al servicio y desde el 0-15 con 3-1 al 0-15 con 3-2 en la segunda manga ganó 20 seguidos. A partir de ahí, el partido se enredó un pelín, pero Novak ya lo tenía ganado cuando Sinner tuvo un 15-40 que levantó su impasible rival para poner el 4-2. Luego, Jannik sufrió mucho para acortar hasta el 4-3 e insistió al resto, acto seguido, pero de nuevo se encontró con un muro. Poco le importó a Djokovic la presión de los espectadores, que llegó a creer en una remontada que estuvo lejos de producirse.
Sin relevo
El ganador de 24 Grand Slams se guardó lo mejor para el final y frenó a un joven aspirante, a uno de esos chicos que, según él, quieren arrancarle la cabellera. Es tan longevo e insistente, que sus hijos (“Estoy muy agradecido de ser su padre”, dijo) pueden presenciar sus éxitos en las gradas y le abrazan cuando, como en otras tantas ocasiones, prevalece. Una estampa que humaniza a este tenista de otro planeta cuyo reinado parece infinito.