Copa Argentina: Defensa y Justicia le ganó muy bien a San Lorenzo y jugará la final con Estudiantes

En el estadio de Lanús, el Halcón se impuso por 1 a 0, con un tanto de Santiago Solari

El 1 a 0 fue exiguo, no representó la real diferencia entre unos y otros. El Ciclón del Gallego Insua quedó otra vez a mitad de camino. No tiene un automóvil de alta gama ni mucho menos nafta para recorrer los metros finales de algo grande, importante.

Solari simboliza la felicidad del Halcón de Florencio Varela, por primera vez finalista por la Copa Argentina.
Solari simboliza la felicidad del Halcón de Florencio Varela, por primera vez finalista por la Copa Argentina.X @ClubDefensayJus

La final, entonces, será Defensa y Justicia vs. Estudiantes, por una estrella en el fútbol doméstico. Detrás de ese espejo, lo que reluce: la posibilidad de alcanzar la clasificación para la próxima Libertadores, un anhelo que no es propiedad exclusiva de Boca. Es la ambición de todos. A veces parece un exceso: el pase a la Copa del año que viene parece tener un valor mayor que el de un trofeo, en este caso, la Copa Argentina. Así están las cosas en el fútbol local.

Defensa y Justicia mantuvo un dominio casi exclusivo en la primera parte de la semifinal, con una audacia que parecía haber perdido en el tiempo. Sujetó las riendas del partido con la ambición de un equipo grande y le tomó el pulso al Ciclón, un equipo diseñado para la marca, la destrucción. A San Lorenzo le cuesta imponerse en la escena, más allá de que suele jugar con el corazón en la mano. Es un equipo noble el diseñado por Insua, que jamás deja tirada la camiseta. Pero le cuesta encontrar sutilezas: se impone –cuando lo hace– a puro garrote.

La despedida de San Lorenzo, que no estuvo a la altura y sigue consiguiendo mucho menos que lo que insinúa con Rubén Darío Insua al mando.
La despedida de San Lorenzo, que no estuvo a la altura y sigue consiguiendo mucho menos que lo que insinúa con Rubén Darío Insua al mando.Fotobaires

La excepción es la de algunas gambetas de Perrito Barrios. Una bien, una mal y así durante toda la noche. De pronto, un cabezazo de Federico Girotti chocó con el travesaño. El doble número 9, con el paraguayo Adam Bareiro, fue una ilusión óptica. Los ataques fueron tan esporádicos que la táctica resultó apenas una fórmula numérica. Defensa tenía la pelota, algunas ideas sueltas y, claro, la ofensiva.

Un bombazo de Alexis Soto fue contenido a medias por Augusto Batalla; allí estaba Santiago Solari, que movió la red. Y el tramo final fue toda una aventura. Porque San Lorenzo se animó algo más y porque Defensa asustaba de vez en cuando con algún contraataque fugaz. Cambió la situación. Solari y Gastón Togni escribían la partitura que exigía la función: correr, meter, ir para adelante y hacer, de vez, en cuando, alguna gambeta.

Son dos discretos equipos, hundidos en la misma zona de la Copa de la Liga Profesional. San Lorenzo suma 15 puntos; Defensa, 14, en el grupo en el que Godoy Cruz tiene 22. Hacen lo que pueden. Parece que la mejor versión de cada uno es parte de un pasado no tan lejano, más allá de que ambos alcanzaron las semifinales de la Copa. Un mérito enorme, sobre todo, por lo que hacen hoy: vuelo bajo, de escasa distancia sobre el césped.

La presión mayor, como suele ocurrir con los poderosos, siempre fue de San Lorenzo. Más aun cuando cayó en desventaja, a pesar de lo cual fue envalentonado por su público. Forcejeos, discusiones, infracciones: el espectáculo ganaba en intensidad y, al mismo tiempo, perdía lucidez. Lo mejor de San Lorenzo saltaba en la tribuna que habitualmente ocupa la hinchada de Lanús: el color y la pasión eran un mensaje para un conjunto que mostraba ganas, espíritu colectivo, pero quer estaba flaco de valentía. Quería, pero no conseguía. La historia de la vida reciente del Ciclón.

Compacto de Defensa y Justicia 1 vs. San Lorenzo 0

Lo bueno es que el desarrollo era parejo y la diferencia era de apenas un gol. La mejor fórmula era la de la derecha: Agustín Giay resultaba toda una aventura, aunque más entusiasta que eficaz. Debió ser expulsado Gastón Hernández, excesivo en un cruce contra Agustín Sant’Anna, como confundido en buena parte del encuentro. San Lorenzo zafó y siguió en partido.

Pero no tuvo ni una situación clara de gol el Ciclón. Un grande partido en el medio, que llegó más lejos que lo que debía por actualidad. Y el Halcón dio otra muestra inequívoca del crecimiento sostenido, en las vueltas de la vida de Florencio Varela. Tan castigada en otros asuntos, mucho más urgentes, la localidad celebra con una pelota en la cabeza. Destacado en los últimos años en el nivel internacional, ahora también en el ámbito local. Los jugadores se abrazaron, todos juntos, emocionados, en el círculo central. Otro golpe sobre la mesa en el fútbol argentino. Defensa y Justicia lo hizo. San Lorenzo no supo, quedó a medias entre lo que es y lo que aspira ser.

Entradas populares