Cómo funciona la memoria en los perros
La memoria a corto plazo siempre se asocia con algo placentero en un proceso que se define como un comportamiento con recompensa. Qué hacer para determinar cómo funciona la de nuestro amigo canino
La memoria a corto plazo siempre se asocia con una recompensa en un proceso que definimos como un comportamiento con recompensa. Ese comportamiento con recompensa.
Si el perro se sentó y vos tardaste diez segundos en darle la recompensa, ojo, diez segundos no es nada, el perro no va a asociar jamás la recompensa con el hecho de que vos querés que se quede sentado. Tenés que darle la recompensa en los próximos los primeros tres segundos.
¿Qué significa esto? Que cuando de repente hay un vecino que un día le pegó porque lo molestó, se va a acordar toda la vida de ese vecino. Porque hay una relación emocional, hay una relación emotiva. De la misma manera que cuando elige un individuo favorito que se va a vivir a otro lado y vuelve. ¿Y cómo se acuerda? Se acuerda porque linkeó, porque asoció con una emoción en la memoria a largo plazo.
Si al llegar a casa encontramos a nuestro perro destrozando un objeto valioso es probable que nos reciba con alegría, viviendo el momento y olvidando su travesura anterior. Ante cualquier comportamiento indeseado, es crucial corregirlo “in fraganti”. En ese instante, un simple “NO” firme o nuestra indiferencia será suficiente.
Memoria asociada a imágenes, olores y sonidos
Esta es también conocida como memoria a largo plazo. Un perro puede asociar la imagen de una persona con emociones positivas, como caricias, juegos o comida. Al reencontrarse con esa persona, independientemente del tiempo transcurrido, evocará esa misma sensación.
Su agudo sentido del olfato les permite vincular olores con emociones o momentos específicos.
De igual manera, los sonidos pueden generar asociaciones; por ejemplo, si un perro disfruta de la tranquilidad de un parque sin el ruido de los coches, asociará sonidos naturales con esa sensación de paz.