CHAMPIONS (H) | BARCELONA 2- PORTO 1 / Los Joãos conjuran el trauma

El Barça vuelve a superar la fase de grupos de la Champions League tras remontar al Porto con una gran actuación de Cancelo, que salió lesionado, y de Joāo Félix.

Santi Giménez
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Trauma superado para el Barça y lío aplazado después de que el equipo blaugrana certificara con una nueva remontada tras empezar perdiendo su pase a los octavos de final de la Champions tras dos años de desastres y de penar en la Europa League. Ganó el Barcelona al Porto (1-2) en un partido que se puso cuesta arriba con el 0-1, pero que el carácter y la calidad de Cancelo sacó adelante con la ayuda de João Félix. Pero como aquí no puede haber fiesta completa, Cancelo, el mejor de largo, se retiró lesionado.

Los diarios de Barcelona definían en la previa el partido como una final para el Barcelona. Se equivocaban. En una final, el perdedor tiene un mal día, pero luego, con el tiempo, saborea la gloria de haber llegado a una final y de haberla competido. Lo de este martes ante el Oporto no era una final para el Barça. Las finales, para este equipo siguen quedando lejos. Lo podríamos definir como situaciones límites. Que de esas vamos a ir sobrados en los próximos días.

El Barça no jugaba una final, jugaba un partido trascendente en el que Xavi decidió jugársela con la guardia pretoriana, en la que, a excepción de Iñaki Peña, no compareció ni un canterano de inicio. Y si jugó Peña, fue porque a Ter Stegen le seguía doliendo el lumbago. Que si no hubiera jugado el alemán.

Alineando a su mejor equipo que incluía a Cancelo en la izquierda y relegando a Balde al banquillo, el Barcelona tampoco supo dominar el partido de salida ante un Porto que sabía, como el equipo catalán, que el Shakhtar acababa de ganar al Amberes y que el grupo se estaba apretando mucho.

Sin duda alguna, el inicio del partido fue claramente de los portugueses. El Barcelona apenas podía amenazar la portería de los portugueses. Era imposible hilar el juego y las únicas amenazas de los barcelonistas llegaban de la mano de Raphinha, el más atinado de los atacantes barcelonistas o de las internadas de “yo sólo contra el mundo” firmadas por Cancelo, que a la postre resultaron providenciales. La elaboración de juego, el plan de partido y el orden eran de los de Sergio Conceiçao, ante los que Iñigo Martínez se erigía como un salvavidas de emergencia ante los despistes de Koundé o de un Gündogan que se pasó la primera parte con la movilidad y el dinamismo de un diplodocus. Luego, como es habitual, fue a más. “Si quieres llegar a viejo, guarda en el pellejo”, dicen. El alemán sabe reservarse.

El Porto, poco a poco se fue haciendo con el control del partido y avisó antes de la media hora cuando a Taremi le anularon un gol por fuera de juego y luego Iñaki Peña evitó otro, pero luego el portero del Barça ya no pudo hacer nada en una jugada en la que marcó Pepé tras dos remates seguidos de su equipo. El Barcelona estaba en la lona, pero un arranque de genialidad de Cancelo le permitió empatar el encuentro dos minutos después en una jugada que evitaba un desastre.

El tanto del lateral portugués (un golazo) dejó descolocado a los visitantes y João Félix tuvo la oportunidad de dejarlos más tocados, pero el delantero volvió a fallar en el área pequeña ese gol que lleva fallando desde tiempos inmemoriales. Esa pelota atrás servida desde el extremo que él remata desde ocho metros y que envía alta por defecto. En el inicio de la segunda parte, otra más complicada, se estrelló en la cruceta.

Que al Barcelona le iba a costar ganar ese partido quedó claro cuando entre Pedri y Raphinha perdonaron un regalo de el portero del Porto.

Pero Cancelo no se rendía y fue el revulsivo de un Barça que vivía al borde del precipicio y que no quería dar un paso al frente. Una gran jugada del lateral posibilitó el remate de João Félix a la red (por fin) y el equipo culé tenía el pase a los octavos a media hora de partido.

Un tiempo en el que Xavi tomó la decisión de mantener en el campo a un Lewandowski que sigue jugando con la reductora de un Lada Niva y retirar del campo a João Félix, se supone que para reservarle de cara al domingo ante el Atlético. Cancelo, en cambio es duda, pero el trauma de la Champions parece superado.


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