Camavinga aprueba el examen
El francés completó un partido estupendo como ancla en ausencia de Tchouameni. Recuperó nueve balones y aportó mucho dinamismo a la demarcación.
Camavinga activa mucho al centro del campo y busca la verticalidad, el área contraria, ya sea a través del pase filtrado o, sobre todo, la conducción alegre. A pesar de tener una demarcación de intendencia, fue el quinto jugador que más pases completó en el último tercio del campo (15), sin olvidar, eso sí, las tareas intrínsecas de la misma. Sólo Bellingham (diez), que se arremangó como el que más ante la imposibilidad de quitar el tapón al partido, superó las nueve recuperaciones de Cama. Medalla de plata en robos y de oro en entradas exitosas (tres, una de ellas espectacular a Ratiu cuando enfilaba la portería de Kepa), Eduardo está logrando mitigar el excesivo ímpetu que en ocasiones le ha costado disgustos o sustituciones precipitadas. Aguantó con amarilla y sólo el golpe con Falcao, que le provocó un corte en la ceja y la hinchazón en la zona, terminó con su partido (Nacho le sustituyó en el 84′). Las aristas a limar, aunque siguen ahí (perdió 12 balones frente al Rayo), van menguando. Progresa más que adecuadamente. Y eso, al hacer las veces de pivote, es fundamental.
“Me ha gustado mucho Camavinga como pivote”, reconoció Ancelotti tras el partido en Braga, otro encuentro estupendo donde fue líder en intervenciones (90), duelos ganados (13) y añadió siete recuperaciones a la carta de presentación. Camavinga representa un contrapunto a Tchouameni, con más querencia por el pase en corto y menos ruptura de líneas. Añadiendo el derbi madrileño y el encuentro ante Osasuna a la coctelera, son ya cuatro los partidos donde el 12 se ha situado como pivote titular. Una muestra que revela una solvencia creciente en la posición, apoyado en sensaciones, pero también en estadística.
Por cada 90 minutos, Camavinga recupera más balones que Tchouameni (7,5 frente a 4,2), acierta más pases (64,1-62,6) y gana más duelos (8,1-5,4). Mientras que el de Ruán es algo más preciso en el desplazamiento (93,6%-90,6%), es un duelista más eficiente (73,6%-52,9%) y es más seguro con el balón en los pies (6,8 pérdidas de Aurélien, por las 9,9 de Eduardo). En interceptaciones sí firman números parejos (Tchouameni 1,4; Camavinga, 1,2). Cifras que reflejan lo deslizado. Dos perfiles distintos para Ancelotti. Uno más vivo, impetuoso y decisivo; otro más controlado, eficiente y equilibrado. Y una realidad: el de Cabinda, como cinco, es más que una mera alternativa.
Varios exámenes por delante
La temporada pasada era Kroos el elegido mayoritariamente por Carletto cuando el titular no era Tchouameni. Algo que se acrecentó tras el Mundial de Qatar. Este curso, hasta la fractura en el segundo metatarsiano del pie izquierdo, Aurélien era indiscutible, pero en los momentos puntuales donde probaba el banquillo, era -y sigue siendo- Camavinga el relevo. Todo apunta que la dinámica no mutará. Hasta el retorno del 18 a los terrenos de juego (alrededor del duelo ante el Betis del fin de semana del 10 de diciembre), el ex del Rennes tiene varios partidos por delante. Hasta el partido contra los verdiblancos, vienen el Braga, Valencia, Cádiz, Nápoles y Granada. Otros cinco encuentros para seguir alzando la voz como pivote.