Tras la destitución de McCarthy, los próximos pasos en la Cámara de Representantes se tiñen de incertidumbre
En una decisión histórica, el republicano fue apartado de la presidencia del recinto y, aunque representa una victoria para el ala de extremista, también plantea grandes interrogantes
Este esfuerzo, impulsado por el ala más extremista del GOP, convirtió a McCarthy en el primer presidente de la Cámara en ser destituido, un amargo suceso a menos de nueve meses de asumir en el cargo. También representa una victoria para el reducido grupo que, en los últimos debates, había dejado al descubierto los roces al interior del partido.
Sin embargo, esta salida dejó en los congresistas muchos interrogantes que, hasta el momento, no se han podido contestar y que tiñeron de incertidumbre los próximos pasos.
Lo primero que todos se preguntaron es quién ocuparía su cargo en tanto se realice una nueva votación.
Inmediatamente después de la votación, el republicano Patrick McHenry, un estrecho aliado de McCarthy, fue nombrado presidente temporal o speaker pro tempore. La selección no fue aleatoria; su nombre surgió de una lista que su antecesor había entregado al secretario de la Cámara en enero, al asumir. En esa lista, la cual todos los presidentes están obligados a confeccionar, se incluyó una serie de nombres de posibles miembros reemplazantes en caso de vacancia del cargo.
A continuación, el republicano de Carolina del Norte tomó la decisión de declarar a la Cámara en un receso hasta que se reorganice un poco el escenario.
Ahora bien, a pesar de que él podría desempeñar el cargo temporal indefinidamente, no cuenta con todas las facultades y requisitos que se exigen a los aspirantes al cargo sino sólo las “necesarias y apropiadas” para elegir a alguien para el puesto, según normas de la Cámara. En este período, por ejemplo, no podrá presentar o rechazar proyectos de ley, ni aprobar ningún otro asunto oficial de la Cámara que requiera la aprobación del Presidente.
Es por ello que encontrar a su sucesor se ha convertido en materia urgente.
Los republicanos aún no han dicho a quién propondrán y tampoco ha trascendido ningún nombre. “No tengo ni idea” de si McCarthy volverá a aspirar al cargo, “¿quiere someterse a esto de nuevo?”, se preguntó Brian Babin, de Texas, aunque otros de sus pares declararon, al salir del Congreso, que votarían por el destituido.
A la par, otros republicanos están considerando posibles candidatos de consenso, como el líder de la mayoría, Steve Scalise, o el jefe de la bancada, Tom Emmer, a quienes consideran capaces de conseguir la unidad.
De todas formas, la selección es tan sólo el primer paso de este -posiblemente largo- camino. Una vez hecha la nominación, se deberá proceder a la votación en la Cámara y esta instancia debe repetirse tantas veces como sea necesario para que un candidato reciba luz verde de la mayoría. Cabe remarcar que la última vez que se llevó a cabo este proceso, en enero, se necesitaron 15 rondas, una cifra sin precedentes.
Superado esto, ahora sí, lo que sigue es más de lo habitual y rutinario aunque se desconoce si, por tratarse de la mitad del mandato, se aplicará algún protocolo diferencial. De lo contrario, el Secretario sería el encargado de anunciar los resultados y un comité bipartidista -conformado por miembros del Estado de origen del candidato seleccionado- lo escoltaría hasta el estrado y allí se le tomaría juramento.
Es habitual que el líder de la minoría acompañe al sucesor, en una muestra de posible futura relación de trabajo estrecho pero, nuevamente, dependerá de cómo se desarrolle todo en los próximos días.