SEVILLA - REAL MADRID / Un choque emocional

El Madrid se enfrenta por primera vez en dieciocho años a Ramos, que puso la primera piedra de su segunda era gloriosa. Debuta Diego Alonso y vuelve Alaba.

Luis Nieto
As
Sergio Ramos jugó 671 partidos con el Real Madrid y marcó 102 goles, uno de ellos, en la final de Champions de 2014 en Lisboa, ante el Atlético, el más importante de la historia contemporánea del club. “Por él estoy yo aquí hoy”, recordó ayer Ancelotti. Con aquel cabezazo en el minuto 93 volvió a empezar todo, la segunda era más gloriosa del club blanco resumida en cinco Champions en nueve años. Desde su salida, en 2021, no ha vuelto a enfrentarse a su ex. Pudo hacerlo en su primer año en el PSG, pero aquella eliminatoria de octavos que el Madrid remontó le pilló en lesionado. Antes de su llegada al Bernabéu, jugó dos veces contra los blancos con el Sevilla, en su única temporada completa en el equipo: ganó como visitante y empató en el Pizjuán con un gol suyo. Es, sin duda, el personaje de un partido en el que debutará en el banquillo Diego Alonso, con una amplia trayectoria en la Liga como futbolista pero inédito como entrenador.

Ramos salió del Madrid tras una temporada en la que sufrió ocho lesiones. No aceptó una primera oferta para renovar por un año y cuando cambió de opinión, el club también lo había hecho. Un final abrupto. Llegó a un neoenemigo, el PSG, y también tuvo muchos problemas físicos en la primera campaña, pero en la segunda jugó 45 partidos, 42 de ellos como titular. Sin embargo, con el club francés, en estado de purga general, no renovó y decidió volver a casa para cerrar el círculo. Mendilibar fue cauto con él. De los siete partidos en que estuvo disponible solo jugó cuatro. Hoy, después de dos semanas FIFA, con una buena dosis de descanso y puesta a punto, se le espera en un Sevilla decimocuarto, con solo dos victorias en el curso en once partidos.

Sergio Ramos saluda a Diego Alonso.
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Sergio Ramos saluda a Diego Alonso.Toni RodriguezDIARIO AS

El recuerdo de la temporada pasada, en que se asomó al abismo, ha pesado más que la Europa League conquistada en primavera. Así que esa decimocuarta plaza se ha llevado por delante a Mendilibar y ha traído a Diego Alonso, que con Uruguay tuvo efecto inmediato. Tomó a la selección en serio riesgo de no acudir a Qatar 2022, pero acabó en el Mundial tras ganar los cuatro partidos que restaban de la fase de clasificación. En Doha no pasó de la primera ronda y Alonso decidió renunciar.

Un equipo valiente

Ahora llega a un grupo en el que se probado todo, incluso el cambio de portero sobre la marcha, y nada ha funcionado. Su plan es hacer equipo con un equipo, el suyo. El fichaje de un fisiólogo para controlar la alimentación y los descansos es su primera medida de choque. Escuchar a todo el que le rodea, su plan de trabajo: “A mi cuerpo técnico no le doy mi opinión a la hora de plantear un problema, porque eso influiría en su idea y la respuesta no sería limpia. La idea de juego no es mía, sino de todo el equipo, y se aplica por convicción, no por imposición”.

Diego Alonso, apodado El Tornado por uno de sus primeros entrenadores, no trae un dibujo definido. Sus equipos han alternado el 4-4-2 con el 4-2-3-1 e incluso con el 5-3-2. Sin embargo, sí llega con la idea de un Sevilla valiente. En el Pachuca, al que entrenó durante cuatro años, su promedio de posesión siempre estuvo entre los seis primeros de la Liga. En el Monterrey, su siguiente club, fue el cuarto. El plan es mandar para ganar, “que no es lo importante, sino lo único”. “Yo soy de los que no se defienden delante de los micrófonos, sino en el campo”, explica.

El virus FIFA

El partido viene marcado por la doble jornada FIFA, en la que participaron doce jugadores del Madrid y nueve del Sevilla. Preocupan especialmente los que tuvieron viajes transoceánicos (Vinicius, Rodrygo, Valverde, Rüdiger, Ocampos y Acuña) y los veteranos sobreutilizados, Carvajal y Modric, especialmente. El croata jugó íntegros los dos encuentros con su selección, hecho que sumado al descanso de Kroos casi confirma al alemán y casi le descarta a él para el once inicial. Ambos han perdido relevancia estadística. En minutos, Kroos ya es el quinto centrocampista del equipo y Modric, el sexto. El ex del Bayern, tercero y segundo en pases en las dos últimas ligas, es ahora decimosexto en el ranking.

Los jugadores del Real Madrid, durante su último entrenamiento de la semana.
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Los jugadores del Real Madrid, durante su último entrenamiento de la semana.Sergio PérezEFE

Para el partido Ancelotti recupera a Alaba, que se rompió ante Las Palmas y se ha perdido los tres últimos partidos con el Madrid y los de Austria en la ventana FIFA. Su vuelta es un alivio para un equipo que tenía un único central disponible, Rüdiger, que además regresa de dos partidos en América. Arriba, Rodrygo vuelve a ser la cuestión. Titular en los siete primeros partidos de Liga, ha empezado en el banquillo en los dos últimos y le ha aparecido una competencia que no se esperaba, Joselu, autor de cinco goles (por uno del brasileño) con 126 minutos menos sobre el césped. En contra de Rodrygo juega el viaje transoceánico y su mala racha. A su favor, que cuatro de los cinco goles de Joselu han sido en el Bernabéu y que parece más útil en partidos de amplísimo dominio del Madrid que en otros más competidos.

El Sevilla encadena una pésima racha ante su rival de hoy. No le gana desde 2018, con Machín en su banquillo y Lopetegui en el madridista. Desde entonces ha sumado ocho derrotas y un empate. Falta saber si su estado de necesidad actual es viento de cara o de cola.


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