Rodrygo se rebela

El brasileño, consciente de que los números ahora respaldan a Joselu, no teme hacer público su difícil momento y confía en recuperar la inspiración, empezando por Brasil.

Manu de Juan
As
Los jugadores, prácticamente todos ellos, acostumbran a intentar transmitir que viven y respiran en una burbuja, en un espacio aislado donde no se leen crónicas y columnas de opinión, donde no se escuchan tertulias de radio ni llegan las ondas de los programas deportivos de televisión. Allí no llega si tal o cual jugador no anda fino, si el entrenador tiene que ceder ya a la realidad, si los números ya no sostienen esta o aquella titularidad... Pero esa arcadia feliz no existe, a los jugadores les llega todo y Rodrygo sabe bien que su actual bache goleador está generando un debate en torno a quiénes deben ser los titulares en el ataque del Real Madrid. Tras su segunda suplencia seguida en Liga ante Osasuna, el brasileño exteriorizó en sus redes sociales el pesar que se le ve sobre el verde: “Las cosas no siempre salen como espero, pero no faltará dedicación y trabajo para ayudar a este equipo. ¡Gracias por su apoyo siempre!” escribió, acompañando el texto con una imagen de sus compañeros dándole ánimos tras un partido, otro más, en el que se fue sin ‘mojar’.

El despertar goleador de Rodrygo la pasada temporada hacía augurar que este curso, jugando en una posición más centrada gracias al nuevo dibujo que ha ideado Ancelotti, podría pelear por alcanzar cifras de primer nivel. En sus primeras tres temporadas en el Madrid (entre los veranos de 2019 y 2022), el brasileño anotó en total 18 goles (7, 2 y 9, respectivamente); sólo en la campaña pasada fueron 19 dianas para él en algo más de 3.800 minutos y pese a jugar en muchos momentos como extremo derecho, algo alejado de las zonas de remate puro. Un salto de gigante que hace que sus actuales dificultades para anotar llamen poderosamente la atención: marcó en la primera jornada de Liga en San Mamés ante el Athletic el primer tanto oficial del Madrid 2023-24... y desde entonces, nada: son 776 minutos sin ver portería.

El mensaje de Rodrygo en redes sociales, que acompañó luego con otro en sentido similar (”Resiliencia”, rezaba: dícese de la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas), resume bien el conflicto interno que atraviesa ahora mismo, pero también sus ansias de rebeldía, de encontrar la salida del laberinto. Ancelotti le sigue brindando el apoyo: “Los minutos que ha jugado los ha jugado bien, ha intentado marcar. No ha jugado porque quería meter a un jugador fresco, con características distintas. Pero a Rodrygo le damos siempre todo el cariño del mundo”. Sin embargo, el italiano va siendo más y más permeable a la situación: le ha sentado en las dos últimas jornadas de Liga en favor de un Joselu cuyo rendimiento anotador sí está a la altura de la exigencia madridista.

Los números de Joselu y Rodrygo

En este momento lo que mantiene la duda en la mente de Ancelotti, ligeramente escorada aún en favor de Rodrygo (fue titular en los grandes encuentros contra Atleti y Nápoles, en los que Joselu arrancó desde el banquillo), es el agradecimiento eterno por los servicios prestados por el brasileño en el pasado, que no fueron pocos: marcó tres goles fundamentales en las eliminatorias de Champions camino de la 14ª, incluido un doblete ante el City cuando todo parecía perdido. Con los números en la mano, no hay mucho margen para dudar: Joselu marca un gol cada 125 minutos y participa en uno cada 90′; Rodrygo, en 804′ y 402, respectivamente; han tirado casi lo mismo (35 veces el español, 38 el brasileño), aunque el ex del Espanyol acierta mucho más entre los tres palos (17 a 11; 61% contra 44%). Y todo ello, jugando 177 minutos menos.

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En el Madrid parecen comprometidos a ayudar a Rodrygo para que recupere la inspiración, tanto que entre Vinicius y Ancelotti intentaron que fuese él el lanzador del penalti que pudo suponer el 5-0 del Madrid ante Osasuna, pese a que era Joselu el legítimo tirador del día. El mensaje no llegó a buen puerto y fue el español quien chutó, con tan mala fortuna que lo hizo para no marcar. Una oportunidad desde los once metros que pudo cambiarle la cara a Rodrygo, perdida sin beneficio alguno a cambio. Ahora el brasileño se marcha con su selección para buscar el acierto que le falta de blanco. Puede ser el entorno propicio: en el último parón anotó un doblete y ha logrado tres tantos en sus tres últimas actuaciones con la Seleçao.


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