El
delantero marcó en Braga y finalizó una sequía de 870 minutos con el
Real Madrid. “Para un delantero marcar es importante y esto le va a
ayudar”, afirmó Ancelotti.
Mario de la Riva
As
Quien la sigue la consigue y Rodrygo halló en Braga lo que llevaba un par de meses (y múltiples intentos) buscando: el gol.
Se le resistía al paulista desde el estreno de la temporada en San
Mamés, allá por el 12 de agosto. Pasaron 73 días, 12 partidos y 41
remates hasta que, por fin, el brasileño se reencontró en Braga con el
bien más preciado en el fútbol: el gol. Rodrygo (22 años) abrió el marcador en A Pedreira con un gol de 9 puro.
Recién superado el cuarto de hora de partido, Vinicius puso un centro
raso a la frontal del área de meta y el de Osasco se anticipó a Niakaté
para rematar de primeras con la derecha. Un gol balsámico para poner fin a 870 minutos de sequía con el Real Madrid (con Brasil le hizo un doblete a Bolivia en el primer partido del parón de septiembre).
La Champions es la especialidad del paulista y, una vez más, los acordes europeos despertaron su versión más letal.
Fue su 17ª diana en la Copa de Europa, lo que le convierte en el
brasileño que más goles ha marcado para el Madrid en la competición que
es la razón de ser del club, superando a Roberto Carlos y al propio
Vinicius (16 cada uno). “Tenía muchas ganas de marcar. Estaba en un
momento de mala suerte, intentándolo de todas las maneras, pero no me
salía. Y, sin embargo, mira: no jugué tan bien... y marqué”, afirmó
Rodrygo tras el partido.
Ancelotti
recalcó la trascendencia del tanto, no sólo por lo que significó en el
partido, sino por lo que supone para tener a Rodrygo enchufado: “El gol
es importante para nosotros porque abrió el partido. Para él es muy importante obviamente, pero para nosotros un poco menos. Venía haciendo buenos partidos. Para un delantero marcar es importante y esto le va a ayudar”, afirmaba Carletto.
Y Rodrygo agradecía la confianza a su entrenador: “Quiero darle las gracias al mÍster, que sé que luego verá esta entrevista, porque ha
confiado en mí todo el tiempo. Me veía enfadado, triste... y él venía y
me motivaba, hablaba conmigo para transmitirme confianza. Le quiero mucho”, confesó.