River se quedó a mitad de camino entre los cambios y la inteligencia para jugar
En el empate 2-2 con Colón enseñó fallas para defender y apuro para finalizar los ataques cuando estuvo en superioridad numérica; Botta y Borja, los goleadores en Santa Fe
Un inicio de alto voltaje, con dos goles en 11 minutos y señales de lo que ofrecería cada equipo. River no corrigió una falla de planificación y sacrificó a Casco, que se debatió entre ir a marcar la pelota o cuidar el espacio y el sector fue explotado por el rival con las trepadas de Meza.
Tampoco el doble cinco que compusieron Palavecino y Enzo Pérez descubrió una articulación y un futbolista de la jerarquía de Botta visualizó que ahí dispondría de una zona fértil para generar peligro. Una oportunidad necesitó el titiritero que tienen los santafecinos para desplegar su talento y tomar rédito de una desinteligencia de David Martínez, que retrocedió y le regaló ángulo y lugar para el disparo: Botta aceptó la oferta y colgó la pelota del ángulo, dejando indefenso al arquero Centurión.
El golpe repercutió en la apuesta de River, que desestimó del póquer de futbolistas convocados por diferentes selecciones para las eliminatorias: Armani, el chileno Díaz, el uruguayo De la Cruz y el venezolano Rondón, fuera de la lista de viajeros a Santa Fe. El juego reflejó que extrañó horrores a Díaz y a De la Cruz; la seguridad del defensor y el valor agregado en la multiplicidad de funciones que desarrolla el charrúa –un futbolista sin remplazo-, dos nombres que la estructura no disimuló.
Lo mejor del partido
De los sustitutos, el colombiano Borja capitalizó la oportunidad con lo que se le pide a un delantero centro: goles. De una salida en falso del arquero Chicco, tras un tiro de esquina, marcó el 1-1 en el primer tiempo; aplicando la puntada final, luego de una sucesión de pases que elaboró River, en el comienzo del segundo capítulo, estampó el 2-2.
El partido mostró dos momentos para River, que pasó de exponer debilidades en el retroceso y en defensa –de un pelotazo a Ábila se originó el penal, por mano de Casco, que Botta convirtió en gol- a arrollar a Colón, que empezó a agrietarse con un movimiento de piezas que ensayó el DT Gorosito ante la lesión de Batallini –ingresó Nardelli y Meza, que explotaba la franja derecha pasó a ser un volante por la izquierda- y terminó de rajarse con la expulsión de Moreyra.
A los santafecinos se le presentó una dualidad: pulsear por una de las cuatro plazas para definir la Copa de la Liga o mirar un plano más amplio y privilegiar la tabla anual, que define a uno de los equipos que perderá la categoría al final de la temporada. Se inclinaron por la segunda opción, entendiendo que sumar mantiene viva la esperanza de clasificarse entre los cuatro mejores de la Zona A y oxigena en la desesperante batalla por no descender. Cumplió el objetivo, porque comprendió cómo bloquear los avances de River, que se adueñó por completo del control de la pelota, aunque ese dominio no tuvo una continuidad en situaciones de riesgo.
“Creo que merecimos más. Toca seguir trabajando. Mucho tiempo con un hombre de más y también con jugadores de Colón en el piso: eso pausó el ritmo del juego y nos perjudicó. Pudimos irnos con la victoria, nos queda mucho por delante”, se despachó Borja. Las palabras del colombiano no tuvieron la misma dirección que las declaraciones que dio Botta, que apuntó a la actuación del árbitro Ramírez. “Bronca por el empate. El pito [por el árbitro] todas las chiquitas las cobró para ellos. Vienen a dirigir soberbios, te podés equivocar, pero nosotros nos estamos jugando la vida. Demostramos que vamos a pelear hasta el final”, aseguró el futbolista que se sumó por pedido de Gorosito, que lo dirigió en Tigre.
Movió las piezas River, aunque en su afán de ser más ofensivo no siempre logró desbordar a Colón. Terminó el partido atacando con Lanzini y Borja –dos que fueron titulares-, acompañados por Solari, Pity Martínez, Colidio y Matías Suárez. Tuvo vértigo, pero sin filtrar pelotas y por pasajes se enseñó impaciente, como si deseara finalizar lo más rápido la acción. Y sin descubrir el camino, los remates de media distancia de Lanzini y un tiro libre que ejecutó Pity Martínez se convirtieron en el argumento más destacado para doblegar a un rival que dejó de lado el nerviosismo y aplicó la inteligencia para soportar el asedio.