Racismo en el Mundial: el hooker de Sudáfrica, bajo investigación tras acusaciones
Bongi Mbonambi fue denunciado por el inglés Tom Curry después del cruce de semifinales
“Señor, ¿qué hago si el hooker rival me dice con… blanca?”, le preguntó Curry al árbitro Ben O’Keeffe cuando corrían 28 minutos bajo una intensa lluvia en el Stade de France. El pase a la final del Mundial estaba en juego. “Nada, yo me ocupo”, respondió el neozelandés. Sudáfrica reaccionó sobre el epílogo para dar vuelta el partido y quedarse con la victoria por 16-15 y el pase a la final.
El incidente fue reflejado por los medios ingleses, descontentos con la actuación de O’Keeffe. También lo acusan de juzgar indebidamente el scrum que derivó en el penal de la victoria, a tres minutos del final. A través de un comunicado, World Rugby anunció que se hacía eco del asunto.
“World Rugby toma con extrema seriedad todas las acusaciones de comportamiento discriminatorio”, expresó. “Podemos confirmar que estamos revisando formalmente la acusación hecha por Tom Curry, jugador de Inglaterra, en relación con el uso de lenguaje discriminatorio durante la semifinal de la Copa del Mundo de Rugby 2023 entre Inglaterra y Sudáfrica disputada el último sábado. World Rugby no hará más comentarios hasta la conclusión del proceso.”
Consultado después del partido si los improperios habían ocurrido realmente, el inglés se limitó a contestar ‘yeah’. Al término del partido, Curry fue a saludar a Mbonambi, pero el hooker sudafricano lo apartó. “No hace falta hablar de lo que pasó. No voy a hablar del tema”, repitió el inglés, que declinó además mencionar cuál fue el insulto. Mbonambi había reemplazado como capitán a Siya Kolisi después de que este fue reemplazado en la segunda mitad del encuentro.
Si se comprueban las palabras de Mbonambi, podría enfrentar la sanción que dicta la Regla 9.12, que prohíbe el abuso verbal basado en religión, color, nacionalidad, grupo étnico y orientación sexual. En ese caso, recibiría una suspensión que lo dejaría afuera de la final del sábado ante Nueva Zelanda y representaría una dura baja para los Springboks: tras la lesión de Malcolm Marx, Mbonami quedó como el único hooker natural. En la semifinal, por ejemplo, jugó los 80 minutos. Su reemplazante es Deon Fourie, que se desempeña como tercera línea, y el tercero es Marco van Staden, otro tercera línea, cuyo único partido como hooker fueron 22 minutos ingresando desde el banco ante Tonga.
Aunque el supuesto comentario no se escuchó en el micrófono del árbitro, la subsecuente conversación de Curry con O’Keeffe si es audible. Los Springboks indicaron hace unas horas que “son conscientes de la acusación que se toman muy en serio” y que “revisarán toda la evidencia disponible”. En este contexto, SA Rugby comunicó que “hablaremos con Bongi si encontramos que la acusación se puede comprobar”.
En todo caso, Inglaterra tiene tiempo hasta mañana para informar una situación inusual de manera oficial, y a su vez se evaluará cualquier sanción antes de los últimos dos encuentros del Mundial, el cotejo por el tercer puesto que disputarán los ingleses contra los Pumas el viernes, y la final del sábado entre los Springboks y los All Blacks. Además, World Rugby podría realizar una investigación por fuera del Mundial, y considerar la posible ofensa por desprestigiar el juego. Una acción similar se produjo con Joe Marler, sancionado hace unos años con dos partidos de suspensión y una multa de 20.000 libras esterlinas por decirle “gitano” al galés Samson Lee durante el Seis Naciones de la temporada 2016.