NBA | LAKERS 100 - SUNS 95 LeBron puede con Durant tras cinco años de inacción

Las dos megaestrellas de Lakers y Suns se volvieron a ver las caras en una pista de la NBA tras cinco años sin hacerlo. Y venció L.A.

Mike Maestre
As
Los más viejos del lugar esperaban este enfrentamiento como si fuera el último. Como admitió el ‘23′ al final del partido, nunca sabes cuántas veces más te vas a medir a uno de los grandes. LeBron James y Kevin Durant llevaban sin enfrentarse en un partido oficial de la NBA desde la Navidad de 2018, cuando el segundo aún vestía la camiseta de los Warriors. Un par de traspasos, lesiones de corto y largo alcance, un Anillo, varias decepciones y mucha expectación, entre medias. Habían jugado en pretemporada, pero esto ya era lo serio. Los aficionados del Crypto Arena de Los Ángeles vivieron con fervor las pocas jugadas en las que los dos se cruzaron. Esos “¡oh!”, los “¡ay!”...

Vencieron los Lakers por 100-95 para asegurar la primera de la temporada (1-1) en un encuentro marcado por las dos grandes bajas de los Suns. Bradley Beal ya faltó en el partido de apertura por problemas de espalda. Devin Booker se unió a los enfermos por molestias en el pie izquierdo, y no se le quiso forzar, tras la gran actuación del martes por la noche. Era un ganar o ganar para los angelinos en estas circunstancias y lo consiguieron con sufrimiento.

Los Lakers se apoyaron en la fluidez de Davis (30) ante un rival con carencias tras las críticas del primer día y, adicionalmente, en un LeBron (21) que fue clave al final y que no se permitió la restricción de minutos que se ha prometido esta temporada. Tuvieron que jugar a tope para poder ganar.

Los ajustes de los visitantes no surtieron el efecto deseado. Un parcial de 29-11 en el último acto cercenó las esperanzas de sacar otro triunfo en esta gira californiana tras el que lograron en San Francisco ante Golden State.

Los Suns no diversificaron en exceso porque Durant (39) ya daba para ir manteniéndose en el encuentro. Sólo nueve hombres jugaron el encuentro. Goodwin (14) fue una de las sorpresas positivas en una rotación en la que se espera que se muevan más piezas. Se quedaron a puntito.

Los de Vogel, también con sentimientos encontrados (regresaba a una L.A. un año después de su despido, hogar en el que fue campeón en 2020), abrieron capítulo como cerraron el anterior. Durant encontraba los resquicios, casi ni se le pueden llamar huecos, para anotar y anotar. Las ventajas iban aumentando. La parroquia local se iba impacientando. Pero esto es largo. Un 14-2 (o, si se prefiere, un 20-5) ponía arriba a los Lakers después de un mate de James. La inercia había muerto.

Durant apareció de nuevo antes del descanso, incluso con un pequeño intercambio con LeBron, para recuperar hasta ocho de ventaja. Fueron sólo cuatro en el medio tiempo. El enfrentamiento se había apretado.

Russell se vio a gusto en la dirección de los Lakers e intentó contagiar a Reaves, al que los rivales empiezan a cogerle una medida peligrosa para atacarle por sus dificultades para defender a grandes. Un doblete de canastas de Austin impidió momentáneamente que Gordon y Allen impulsaran a su equipo, algo que logró Durant al final del tercer periodo -Watanabe mediante- con seis puntos seguidos para cerrar.

Durant no sólo estaba sintiendo el juego, también se estaba viendo apoyado por escuderos como Okogie que se van a convertir en soldados a tiempo completo durante el curso. Pero no había tanta distancia.

K.D. llevaba 30 puntos y había metido 15 de ellos sólo en ese tercer periodo. Por lo que al arrancar el cuarto la estrategia de los Lakers tenía que cambiar. LeBron terminó jugando toda esa manga, sin descanso, para hacer posible la remontada. Apareció un Wood desconocido, agresivo detrás y delante, pero Durant acalló esa bulla con otro triple. Y llegó el desequilibrio. Estando en la fina línea por la que los Suns transitaban en esta cita, algo alteró el orden. Jusuf Nurkic, gris toda la noche, cometió su quinta falta en una pillería de Davis cuando aún quedaban siete minutos para el final. Frank Vogel decidió cambiar a un juego con pequeños, sin pívot, y los Lakers, con inteligencia, cargaron los ataques sobre la figura de su ‘5′ para equilibrar el marcador. LeBron, con una bandeja, les puso por delante. Con Durant volviendo a empatar, a un minuto del final, Nurkic volvió a ser el eslabón débil. Con la misma idea, atacando por la parte izquierda del bloqueo para ir rápido al aro con una bandeja, James anotó dos canastas seguidos sobre la ineficaz defensa del bosnio para sentenciar.


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