Llanto, euforia y no confrontación: qué reveló la comunicación no verbal de los candidatos
Luego de que se dieran a conocer los resultados de las elecciones de este domingo, los candidatos brindaron discursos cargados de gestos y expresiones. Qué dijeron sin decir, según dos expertos consultados por Infobae
Sergio Massa
Según Persello, Massa se mostró “nervioso, con miedo y hasta cuidadoso. Tiene apuntes donde lee. Todos sus gestos indican control y precaución. Y cuando menciono miedo, no me refiero al pánico intenso, sino al temor de cometer errores. La emoción sigue siendo miedo, pero con menor intensidad. A menudo, la gente interpreta su expresión como si estuviera asustado. Pero en realidad, está intentando mantener el control y por ello se ven gestos de preocupación. Su discurso transmite seriedad, como si reconociera los problemas existentes y estuviera presentándose como una solución. Un detalle: tiene la bandera argentina y puede generar sentimientos patrióticos”.
“El posicionamiento de Massa fue muy congruente, pero tuvo gran problema que era la realidad. Massa, en la campaña, reafirmó cierta tranquilidad en sus gestos, en su manera de hablar y también en su política. Y el voto tuvo que ver más con su propia comunicación, que intentó tranquilizar y fue coherente”, dijo Lutzky. Y continuó: “Busca establecer un vínculo diferente con aquellos que lo apoyan, fuera de las grietas. Llama a la formación de un gobierno de unidad nacional, donde se abrace a las personas sin importar su ideología política. En su propuesta de un gobierno de unidad nacional y refuerza su posicionamiento, que está en contraposición a la grieta”.
Asimismo, Lutzky resaltó que se trató de “un discurso extenso donde se destaca su tono tranquilo y el llamado a un tiempo de reflexión. Esto se enmarca dentro de la lógica de la comunicación política, haciendo énfasis en la introspección de los votantes. Habla de un tiempo de reflexión e invita a todos, independientemente de a quién hayan votado, a participar y apoyar”.
Javier Milei
“El posicionamiento de Milei fue como una ideología abstracta y de la cual aplicaba todas sus recetas y todas sus ideas, no era parte de la realidad, sino de idea. Y en su discurso presenta una estrategia clara y bien definida. Pero, en esta ocasión, propone un cambio y plantea una visión épica, enfatizando un logro histórico. Además, esta construcción no se basa tanto en hechos tangibles sino en conceptos aplicables. Propone una nueva dicotomía, sugiriendo una nueva polarización en el escenario político con el kirchnerismo. De esta forma, deja atrás viejos enfrentamientos y su intención de impactar es evidente”, aseguró Lutzky.
Mientras que Persello afirmó: “Milei tiene una estrategia que muchos políticos emplean: desviar el discurso hacia otro tema, con críticas y un tono enojado. No mencionó nada sobre su propia campaña. Fue un desvío deliberado. Incluso, tengo la sensación de que demoró su aparición porque estaba preparándose. De hecho, leía su discurso y todo su equipo lo acompañaba con sonrisas. Probablemente, hubo una instrucción previa de vamos a salir y mostrar una actitud positiva’”.
“Cuando analizamos los gestos que esperaríamos ver, deberían reflejar tristeza o enojo, pero un enojo diferente. Al cambiar el enfoque de su discurso hacia la campaña, ninguno de esos gestos estuvo presente”, añadió.
Patricia Bullrich
“Patricia Bullrich se mostró con un micrófono en la mano, sin esconderse detrás de un atril. Eso es fundamental, porque muchos lo utilizan como un escudo, quizás sin darse cuenta. A pesar de esa elección, su postura general es positiva. Me da la impresión de que está más enojada que triste, y eso es coherente con su mensaje de no rendirse. Aunque algunos pueden pensar que está abatida, yo no la percibo así; la veo más bien con determinación. Además, no tiene un ritmo o cadencia en su voz. Parece que hace una pausa y continúa, y le juega en contra. Marca pausas, como si no utilizara comas. No obstante, en general, su tono es firme”, aseguró Persello.
Y continuó: “Mientras que en las personas que están detrás de ella hay expresiones más de abatimiento o tristeza, con el párpado superior caído, se están tapando la boca, o las comisuras de los labios hacia abajo y lo detecté en tres personas que te señalé. Pero ella es diferente; no muestra esos signos. En ella, los ojos aparecen más cerrados, las cejas están hacia abajo, e incluso se pueden notar las arrugas del ceño fruncido. Eso sugiere que el enojo está presente, contrastando con los demás que muestran signos de tristeza”.
En tanto, Lutzky indicó: “Patricia Bullrich tuvo un grave error de estrategia. Su posicionamiento, que parecía tener cierta lógica frente a un gran desorden en el país, que era proponer autoridad y de alguna manera ordenar el país, aplicó a un problema antiguo, que ya había sido había superado para mucha gente y sobre todo para los sectores que cambian el voto: el kirchnerismo. Y su corto discurso ratificó la estrategia original - continuó el experto de la UBA-. Aunque en su campaña optó por polarizar con el populismo, ya no se refiere a él como kirchnerismo, sino como populismo. Esa es la polarización que elige. Afirma que, de alguna manera, va a continuar en esa dirección, subrayando que sus valores no están a la deriva y que no los negociarán; seguirán su camino. Es un discurso breve y firme, con un tono de autoridad, que siempre señala esa dirección. Es coherente con la estrategia que empleó durante la elección, marcando claramente a un enemigo y buscando reunir todas las fuerzas posibles contra ese enemigo, al que ahora denomina populismo y que antes identificaba como kirchnerismo”.
Axel Kicillof
“En el caso de Kicillof, su discurso es fuertemente doctrinario, aunque no menciona explícitamente al peronismo. Se refiere a temas esenciales del pensamiento y la doctrina, defendiendo la intervención del Estado, la solidaridad, la salud pública, la educación pública, y la democracia centrada en la dignidad humana. Afirma que ‘la vida no es un mercado’ y que ‘la patria no se vende’”, aseguró Lutzky.
Asimismo, indicó que “aunque no menciona al peronismo, sí hace referencia y agradece al radicalismo y a los socialistas por su participación en el futuro político de la provincia. En ese sentido, presenta un discurso renovado, recogiendo elementos previamente asociados a él y al peronismo de la provincia de Buenos Aires, pero sin mencionarlo directamente”.
Mientras que Persello afirmó: “Hay pocos gestos ilustradores, que son los que normalmente usan los políticos cuando hacen un discurso y más que nada, con las manos se sujeta del pupitre, después del micrófono con la mano izquierda y las va cambiando. Parece una búsqueda de seguridad. En su discurso no está como alegre, pero su norma: un discurso más agresivo”.
Jorge Macri
En tanto, Persello al evaluar el discurso de Jorge Macri indicó: “No tiene un atril que lo cubre y está sonriendo. Se lo ve de cuerpo entero y sonriendo. En este caso, tiene que ver con las formas y no tanto con la situación. Es su comportamiento basal. Está concentrado en lo suyo, es mucho más transparente. Al micrófono lo toma con una sola mano y pareciera que no tenía un discurso preparado, porque repitió tres veces ‘estamos a punto de evitar el ballotage’. No había un discurso categórico”.
Mientras que Lutzky aseguró que “el discurso de Jorge Macri se centra en la posibilidad de haber ganado en primera vuelta, agradeciendo a los vecinos y referentes del espacio, pero en ningún momento reconoce al radicalismo, que es parte esencial del proyecto en la Ciudad de Buenos Aires”.
“Además, se escuchan críticas al kirchnerismo y se identifica con elementos de la campaña de Patricia Bullrich, no menciona a sus principales aliados, el radicalismo, que obtuvo casi la misma cantidad de votos que él en la Ciudad de Buenos Aires”, agregó.