La ofensiva de Israel sobre Gaza quedó bajo fuego diplomático por la liberación de dos rehenes que Qatar negoció con Hamas
El gabinete de guerra de Israel debe resolver si continúa con su plan de batalla, que implicaría perder la posibilidad de obtener la libertad de los casi 200 capturados, o fija un impasse de tiempo que abra un canal de diálogo con los terroristas a través de un tercer país
Israel fue atacado por una organización terrorista que es financiada por Irán. Y asume que debe replicar la agresión para evitar que la masacre en territorio propio se repita de nuevo. Es un estado de supervivencia, explicaron adentro del gabinete de guerra: “Netanyahu come, o todos somos comidos”, dijo a Infobae un asesor del premier israelí. Pero la toma de decisión del Netanyahu está condicionado por la influencia de Washington, las presiones constantes de los 41 países que supuestamente tienen connacionales secuestrados, y su propia debilidad política.
Joseph Biden puso la maquinaria bélica de Estados Unidos a disposición de Israel. Eso implica que Biden tiene influencia en la toma de decisiones de Netanyahu y que es consciente de la situación de los rehenes, pero el presidente de los Estados Unidos también entiende que la ausencia de reacción -ya pasaron dos semanas del ataque terrorista- puede complicar la existencia del estado israelí.
Sin embargo, la postura de Biden sería negociable, argumentaron en las cercanías de Netanyahu. El presidente demócrata no puede soltarle la mano a los rehenes de los Estados Unidos, pero tampoco puede desgastar a su principal aliado en Medio Oriente. Y eso sucedería si Israel no ataca a Hamas y demuestra a Irán -principal enemigo de Occidente en la region- que tiene las manos atadas por la presión diplomática de la Casa Blanca y sus socios del G7.
Qatar tiene una posición sinuosa en Medio Oriente. Apoyó en las sombras el avance de ISIS, ignoró durante el mundial en Doha qué estaba sucediendo con la disidencia en Irán, su canal Al Jazzera está cerca de la suspensión informativa en este país y ahora tiene un perfil muy alto respecto a los rehenes que manipula Hamas en Gaza.
Hamas planteó un dilema a Israel que no estaba en los cálculos de Netanyahu. Y menos todavía que Qatar actúe como backchannel en una operación con rehenes bajo el control de una organización terrorista que responde a las órdenes directas de Irán. El régimen de Teherán cuestiona la perspectiva de Estado y de religión que exhibe Qatar, y esa condena se extiende a Arabia Saudita, que es aliado de la Casa Blanca y había iniciado un profundo acercamiento diplomático con Tel Aviv.
La suma de los intereses estratégicos de Qatar y Hamas desembocaron en la libertad de los rehenes Judith y Natalie Raanan. El estado árabe que relativiza el Holocausto y la organización terrorista que atacó Israel cerraron un acuerdo para satisfacer sus objetivos políticos. Y ese acuerdo puso a Netanyahu adentro de una Trampa 22, que condiciona sus movimientos bélicos y le permite a Hamas ganar tiempo en defensa.
El gabinete de guerra recomendó a Netanyahu que continue con su plan militar. No se descarta en Tel Aviv que Hamas aconsejado por Qatar libere a otros rehenes, y que ese goteo sea una táctica efectiva para demorar sine die la ofensiva sobre la Franja. El premier israelí aceptó la sugerencia de su gabinete de guerra y aguarda una nueva conversación con Biden para ajustar los plazos y ejecutar el desembarco en Gaza.
“Sino actuamos con rapidez, nosotros nos convertimos en los nuevos rehenes de Hamas y Qatar. Ellos sueltan a los prisioneros y nos condicionan a nosotros con la opinión pública, que aparecemos yendo a la guerra sin que nos importe la vida de los rehenes. Para Hamas y Qatar el costo es mínimo: sueltan un rehén o dos, y a cambió capturan a todo el gobierno israelí. Nosotros queremos liberar a todos los rehenes, pero tambien tenemos que sobrevivir como estado y dar seguridad a todos los israelíes. Y eso sólo sucederá con la destrucción de Hamas, que ahora aparece como una organización que se preocupa por la vida de los demás. Nosotros no olvidamos que acá mató a miles de israelíes; y espero que afuera tampoco nadie se olvide”, argumento a Infobae un miembro del gabinete de guerra.
Netanyahu tiene pendiente una comunicación con Biden. Cuanto termine la llamada, decidirá: va a la guerra en estas horas o espera que Hamas libere a todos los rehenes, una posibilidad de cumplimiento imposible.
Si lo hiciera ya no habría motivos que demoraran la invasión de Israel a Gaza.