La batalla contra el antisemitismo es una batalla por la libertad
Hoy, Hamas va por los judíos pero mañana podemos seguir todos los que no tomemos el pensamiento que imponen estos bárbaros
En la versión Hamas, son infieles que vienen a corromper el mundo terrenal. Se acaba con ellos y quien así lo haga, tiene una premiación en el paraíso Coránico.
Dos delirios superlativos. Parecidos. Muy parecidos. Hacen lo mismo, lo fundamentan distinto. ¿Importa?
¿Qué no se entiende? Que lo de Hamas al ir sobre los judíos y querer exterminarlos, anuncia que luego buscarán al resto de los “infieles”.
¿Cuál sería la razón para no hacerlo? ¿O acaso un judío es muy distinto de un cristiano que no asume el Islam extremo como filosofía de vida? ¿En qué se diferencia su “herejía” o su coronación como “infiel”?
En el fondo, la batalla contra el antisemitismo es la batalla por la libertad, no solo por la libertad de los judíos a ser libres y tener derecho a la vida, es por la libertad de “todos” en el planeta a ser lo que se nos antoje en materia filosófica y religiosa, por supuesto, a ser libres de todo yugo que nos coarte. Hoy arremeten contra ellos, pero mañana seguimos todos.
Hay mucho más antisemitismo del que se imagina por allí. Es un mundo cargado de esta concepción. Y hay mucho ingenuo que siempre está esperando que Juan o Diego se aproximen a la causa judía para defenderla con más ahínco. Y hasta aparecen los que se pegan el pecho dolidos por no ser comprendidos en esto. ¡Vamos muchachos! ¡Un poco de madurez! ¿Es la primera vez que los dejan plantados mirando el cielo? Ya lo saben de memoria, pero no lo querían ver… ahora, medio tarde, se avivan muchos de lo verosímil que sostenemos los eternos “preocupados” por Israel desde toda una vida. Ahora, está bien…
¿Desde cuando hubo simpatías globales para con los judíos? ¿O me tengo que remontar a los egipcios, a Apiano, al Código Teodosiano y hasta a la visión de Agustín que miraba con recelo a los judíos? La historia se construyó sobre prejuicios e ignorancias. No es un cuentito que vino de hace poco. Y por supuesto, lo sigue cuanto paquidermo anda por allí. Y lo sentimos todos… el antisemitismo es un monstruo gigante que anida en su esquina.
Los judíos han sido un pueblo errante, por su “resiliencia” eterna (ahora que muchos descubrieron la palabra). Es el pueblo que nos regaló la idea monoteísta de Dios (que no se ofenda nadie, no estamos para cosas menores) y es el pueblo que siendo esclavo peleó contra el dominador (¿le suena a alguno esta imagen?). No es un pueblo agresivo, solo quiere tener derecho a lo que tienen otros pueblos: tierra, valores comunes y poderes electos por el pueblo. Son la única democracia de ese barrio. El resto son lo que son. No se matan mujeres por serlo, no se matan homosexuales por serlo, digo porque todos los que levantan la voz fuerte hoy, saben que en esa región todo eso está mal, muy mal.
Esta no es una nota de análisis político, es de análisis emocional. ¿Qué esperaban que hicieran los judíos luego de que les armaran una carnicería con sus connacionales en su Estado? ¿Qué salgan a prender velitas y a pedir paz con voz tierna mirando al cielo? ¿En serio lo dicen?
A los judíos, los antisemitas los quieren en un apartheid, los sienten distintos, no se les respeta el derecho a existir, los quieren matar. ¿Se entiende? ¡Los matan!
Cuando se alega la causa palestina, nadie la niega nunca, pero implica existir como Estado y no estar sometido a un grupo de criminales totalitarios. Cada pueblo construye su infierno pero no lo exporta y, cuando lo hace, ya no vale esa postura.
Y si un día exterminan a los judíos sobre la faz de la tierra, rápido vendrán por los cristianos y por los ateos. Vendrán por todo el que no asuma el pensamiento que imponen los bárbaros. Y, si, ya sé que no todo el Islam es así, pero la parte del Islam radical que hoy vemos, mata, sí. Hamas, Hezbollah y algunos clérigos persas lo dicen de manera expresa: hay que exterminar a Israel.
¿Cómo vería usted si mañana desde Brasil o Argentina se dijera: “hay que matar a todos los uruguayos”?
¿Cómo le suena semejante desmesura? Suena feo. Pues bien, así de feo suena en Israel, solo que allí los matan sus vecinos terroristas, los llenan a misiles y se les meten para adentro a vejar y acribillar gente como si eso fuera normal. Es anormal. Y a los actos de violencia se los repele, se los rechaza y se los combate. ¿O usted tiene alguna fórmula mágica?
Le recuerdo, cuando nadie lo creía, les mataron seis millones, al hilo, en cámaras de gas, a balazos, como fuera. O sea, no es un pueblo que no sepa de la persecución. La conoce. Y conociéndola le siguen pegando duro y parejo. Duro y parejo.
Sepa entonces que lo que pasa nos concierne.
Sépalo porque ser judío no es un pecado y no vale que por esa razón se mate gente. Sepa que no está bueno encubrir o relativizar esto.
En la vida, o de un lado, o del otro.
Cada uno sabrá donde ubicarse.
La historia siempre juzga.