Israel: Soluciones creativas para fortalecer la seguridad alimentaria en un país atravesado por la guerra
El experto en desarrollo agropecuario argentino-israelí Daniel Werner, analiza los desafíos que la guerra en Medio Oriente supone para la región en torno al acceso a alimentos en cantidad y de calidad. ¿Qué medidas y proyectos serán esenciales para combatir la crisis y asegurar la funcionalidad básica de la sociedad?
Sin embargo, la repentina irrupción del conflicto bélico plantea desafíos para el sector agropecuario israelí, que debe superar obstáculos adicionales para asegurar el acceso a alimentos en cantidades suficientes. El conflicto bélico, como un factor determinante, nos presenta una realidad con prioridades distintas, donde los aspectos personales adquieren una dimensión completamente nueva. Especialmente cuando estamos cerca de los hechos y las personas afectadas, es ahí donde este impacto se vuelve tangible y doloroso. Estos eventos podrían, incluso, marcar el fin de la concepción previa, basada en la colaboración para la búsqueda de soluciones compartidas. Hoy en día, nos vemos en la obligación de explorar enfoques diferentes para un futuro incierto y lleno de desafíos, incluso para aquellos entre nosotros que se mantienen optimistas.
Retos emergentes en El Néguev
El Néguev, la zona más afectada por el conflicto, se encuentra en el extremo sur de Israel. Esta región, que abarca aproximadamente el 60% del territorio del Estado de Israel, es conocida por su entorno desértico, caracterizado por precipitaciones escasas que rara vez superan los 200 mm de lluvia al año. A lo largo de la historia, el Néguev se desarrolló principalmente como una región cuya economía se basaba en la agricultura. Sin embargo, en los últimos años, ha experimentado un marcado crecimiento en el sector industrial, impulsado por el desarrollo de tecnologías avanzadas, conocidas como High Tech.
Los datos generales sobre la agricultura en esta región demuestran cómo, a lo largo de los años, tanto el gobierno como diversos actores del sector comprendieron la importancia del suministro de infraestructuras básicas, como el agua, y la inversión en investigación y desarrollo (I+D) agropecuario para crear herramientas que permitan un uso eficiente de los recursos naturales.
Estas medidas han convertido la región en el principal proveedor de vegetales de Israel, con especial énfasis en el tomate de mesa, la papa, la zanahoria y la batata, así como, en menor medida, ajíes, berenjenas, rábanos y una variedad de frutas. Además, la región contribuye al suministro de carne y representa aproximadamente el 7 % de la producción total de leche en Israel. Esto subraya la destacada importancia de la región en términos de seguridad alimentaria.
Es crucial tener presente que, a partir de 2005, Israel se retiró de la Franja de Gaza. A lo largo de los años, se han suscitado varios episodios de conflicto armado que han tenido un importante impacto en la producción agrícola de la región. Aunque estos conflictos previos no alcanzaron la intensidad de los eventos actuales, claramente advirtieron sobre la posibilidad de daños a la seguridad alimentaria. Durante las últimas semanas, la región ha experimentado un impacto significativo en sus medios de producción. Los daños directos a infraestructuras, como las salas de ordeño, los invernaderos y las vías de acceso, así como la necesidad de evacuar a la población civil, incluyendo a los agricultores que residen cerca de la frontera, han afectado directamente la producción de diversos cultivos listos para la cosecha, como el tomate, así como aquellos en período de siembra, como papas, zanahorias, batatas, entre otros.
Soluciones creativas y cooperación
En el contexto de un conflicto bélico, como el que enfrentamos en la actualidad, la consecuencia directa es la disminución en la disponibilidad de alimentos, lo que provoca un aumento exponencial de los precios. Esto ha requerido la implementación de medidas urgentes, como la creación de subsidios para el traslado de determinados cultivos a regiones marginales, y al mismo tiempo, el avance en aquellos proyectos de infraestructura básica que permitirán el uso de estas áreas.
Adicionalmente, se ha establecido la creación de corredores seguros, a través de los cuales redes de voluntarios, en coordinación con las fuerzas armadas y el gobierno, ingresan a las zonas de conflicto para continuar con las labores esenciales de producción, como la cosecha, el tratamiento fitosanitario, la alimentación y el ordeño del ganado lechero, o su traslado desde las áreas donde la infraestructura ha sido destruida, entre otras tareas fundamentales. Al mismo tiempo, se han establecido cuotas de importación para productos básicos, mediante la reducción de aranceles aduaneros y la agilización de procesos burocráticos, siempre manteniendo un estricto respeto a las regulaciones fitosanitarias y veterinarias.
En medio de la adversidad, tanto la región del Néguev como todo Israel se encuentran en una encrucijada que demanda soluciones creativas y determinación en sus acciones. Este desafío, que trasciende la mera seguridad alimentaria, apunta a buscar respuestas en medio de la incertidumbre. Nuestra capacidad de adaptación, innovación y cooperación en tiempos de crisis son las herramientas que aseguran soluciones estables y resilientes, especialmente, en la realidad a la cual nos enfrentamos.