Israel en guerra: Hamas se infiltró, asesinó y secuestró decenas de civiles y desfila por Gaza con cadáveres de soldados
El sanguinario y sorpresivo ataque del grupo terrorista congela cualquier proceso de paz abierto en la región y escala la tensión a los niveles de la década del 70. “Estamos en guerra, Hamas busca la violencia, terrorismo y miseria”, afirmó en diálogo con Infobae el ministerio de Relaciones Exteriores de Israel. IMÁGENES SENSIBLES
Las imágenes de soldados asesinados, civiles secuestrados y camiones del Ejército israelí capturados como trofeo de guerra conmocionaron a la sociedad israelí. Ni la inteligencia gubernamental ni sus socios lo advirtieron.
Pasaron horas hasta que el premier Benjamín Netanyahu salió a hablarle a su pueblo y la situación no está controlada aún. Decenas de terroristas cruzaron la frontera y lo que hace imposile lograr el control con bombardeos áereos. La calma tomará días y nadie se aventura a decir cuánto demorará. Esa incertidumbre también es una novedad en décadas. Usualmente, ante cada escalada de misiles lanzados desde Gaza, las Fuerzas de Defensa de Israel controlaban en horas o días la situación. Esta vez es distinto, hay docenas de terroristas infiltrados en territorio israelí, metidos en casas israelíes.
Los socios árabes tampoco advirtieron lo que sucedía y en los últimos días el clima era absolutamente distinto. La posibilidad de un mega acuerdo con Arabia Saudita que se pensaba iba a sumarse a los Acuerdos de Abraham, los pactos de normalización con Emiratos Árabes Unidos, Bahrein y Marruecos, eran una esperanza que repetían a viva voz.
En Rabat, tanto desde el ministerio de Relaciones Exteriores como un influyente asesor del rey Mohammed VI, André Azoulay, aseguraron el último viernes a Infobae en una gira organizada por Fuente Latina que la posibilidad de paz entre israelíes y palestinos estaba cada vez más cerca. Hablaban de “hoja de ruta seria”, de “pasos firmes”, de “oportunidad histórica”, de “momentum”… Y la operación de Hamas le explotó en la cara a Israel, pero también a ellos.
Lior Haiat, vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, aseguró a Infobae que lo que inició este sábado es una reacción clara al proceso de paz que comenzó con las normalizaciones de 2020 en los acuerdos de Abraham.
“Aquí hay un proceso de paz en Medio Oriente, y mientras los líderes de países árabes quieren la paz, hay un grupo terrorista inspirado y financiado por Irán que quiere dañar cualquier posibilidad de alcanzarla. Hamas busca la violencia, terrorismo y miseria”, aseguró.
Mientras negociaban con Israel todos los países árabes firmantes de los pactos y Arabia Saudita -en tratativas-, aseguraban que tenían en cuenta los reclamos palestinos, pero Hamas no lo creyó suficiente. Días atrás, el termómetro subió, cuando en una visita de sauditas a Jerusalén, un grupo de palestinos los escupió en la calle… Para ellos no era suficiente nada de lo que se discutía. Es que para Hamas, en realidad, nunca nada es suficiente.
Detrás de Hamas está el financiamiento y el empuje iraní. Y a la situación de extrema tensión actual en la frontera sur, se le suma el peligro en el norte, ante el temor de que Hezbollah pueda aprovechar el caos para intentar infiltrarse también.
Desde la trágica guerra de Yom Kipur que la sociedad israelí no vivía situaciones parecidas a las de este sábado. Secuestros, asesinatos, desfile de palestinos cargando cuerpos israelíes por las calles de Gaza… Un panorama tétrico que golpea al gobierno de Netanyahu más que todos sus intentos por cambiar el sistema judicial isarelí que llevaron a cientos de miles de personas a protestar contra él en las calles durante meses.
Ahora están en guerra. Hace décadas que la comunicación oficial israelí no hablaba abiertamente de guerra. “Estamos en guerra porque se han infiltrado muchos terroristas de Hamas por la frontera sur, allí en los pueblitos, están entrando a la casa de la gente inocente. No están matando soldados, están matando familias, secuestrando gente”, aseguró a Infobae Fleur Hassan-Nahoum, vicealcaldesa de Jerusalén.
El escenario, potencialmente bélico, además de congelar cualquier proceso de paz, también estanca cualquier tipo de conversación de cualquier potencia occidental para un nuclear con Irán.