Inglaterra se lleva un bronce insípido a costa de los Pumas

Inglaterra se lleva ante el tercer puesto mundialista y Argentina pierde la oportunidad de igualar su mejor resultado histórico en el torneo.

Jorge Noguera
As
Más allá de la rivalidad extradeportiva que aún pueda quedar entre dos países a los que hace no tanto enfrentó una conflicto armado, era un partido sin historia, insípido, el que dio este viernes el bronce del Mundial de rugby a Inglaterra (23-26) y se lo quitó a Argentina en Saint Denis.

Especialmente intrascendente (todos los segundos y terceros puestos lo son salvo en los Juegos Olímpicos y algún deporte inidividual) para una Rosa que, al contrario que Argentina, su víctima, sí sabe lo que es ser campeona del mundo (2003). Y pese a ello, fueron los isleños los que agarraron el partido por las solapas, aprovechando la tendencia de los Pumas a sestear de inicio. Un buen maul fue la lanzadera que aprovechó algunas fases después Ben Earl para ensanchar una brecha que había comenzado a abrir el pie de Owen Farrell, abucheado múltiples veces por parte del Stade de France.

Los sudamericanos no salían de su campo, penalizados por sus errores, alguno de ellos grosero. El hara-kiri que se infligían terminó al filo del descanso, en una ofensiva lanzada por una buena descarga de Cruz Mallía, que remató Cubelli en el flanco opuesto. El pulso se igualaba y los Pumas volvían de vestuarios con otro aire. Nada más reanudarse la acción, Santiago Carreras, un ala reconvertido a apertura que ha estado gris en esta Copa del Mundo, encontró una puerta en la cortina inglesa gracias a un placaje fallado y la aprovechó. Argentina mandaba en el marcador por primera vez.

Duró un parpadeo la alegría, porque los de Michael Cheika volvieron pronto a las andadas y en una jugada mezcla de fallo y mala suerte Dan cazó una almendra que pululaba sin dueño y se coló hasta la zona de marca. La distancia entre ambos equipos se mantendría en un ensayo transformado durante toda la segunda parte, trabada, como es ley en un partido que ningún contendiente quería jugar. Un golpe a palos de Boffelli acercó a Argentina, otro de Farrell volvió a dar seis puntos de renta a Inglaterra y Nico Sánchez, tras dejarla de nuevo en tres, falló una patada escorada que a la postre podría haber llevado el choque a la prórroga.

Quizá esa sea la última instantánea de la carrera del 10 con los Pumas, pues ya cuenta 35 años. El que sí jugó seguro su último partido con la albiceleste fue un primera línea de época, Agustín Creevy, que se marcha con 38 primaveras y cuatro mundiales a sus espaldas. Entre otras cosas, se echará de menos su pasión cantando el himno argentino. En cuanto a los ingleses, dicen adiós tras más de 100 ‘caps’ a otro primera con una hija de servicios imponente, Dan Cole, recuperado por Borthwick para un último baile cuando su carrera internacional parecía liquidada. Y a Courtney Lawes, que será también recordado entre los grandes delanteros de la tradición isleña. Por muchas cosas, pero no por este bronce sin significado para los inventores del juego.

RESUMEN

ARGENTINA (10+13): Gallo, Montoya, Gómez-Kodela, Petti, Rubiolo, González, Kremer, Isa, Cubelli, S. Carreras, M. Carreras, De la Fuente, Cinti, Boffelli y Cruz Mallía -También jugaron- Creevy, Sclavi, Bello, Alemanno, Bruni, Bazán Vélez, Sánchez y Moroni
Ensayos: Cubelli (36'), S. Carreras (42')
Conversiones: Boffelli (37', 43')
Golpes de castigo: Boffelli (23', 50'), Sánchez (68')

INGLATERRA (16+10): Genge, Dan, Stuart, Itoje, Chessum, Curry, Underhill, Earl, Youngs, Farrell, Arundell, Tuilagi, Marchant, Steward y Smith -También jugaron- George, Rodd, Cole, Ribbans, Ludlam, Care, Ford y Lawrence
Ensayos: Earl (7'), Dan (44')
Conversiones: Farrell (8', 45')
Golpes de castigo: Farrell (3', 12', 30', 64')

Árbitro: Nic Berry, australiano. 
Estadio: Saint Denis, París. Lleno. 

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