Estados Unidos ordenó la salida de dos diplomáticos rusos en el país como respuesta a las expulsiones de funcionarios en Moscú
En septiembre, el Kremlin acusó a dos estadounidenses empleados de la Embajada de mantener contactos con Robert Shonov, un ciudadano ruso acusado de recopilar datos sobre la guerra en Ucrania
Con este anuncio, Washington busca enviar “un mensaje claro de que acciones inaceptables contra el personal de nuestra embajada en Moscú tendrán consecuencias”, agregó el portavoz.
El pasado 14 de septiembre, el Kremlin ordenó la salida de dos estadounidenses por haber actuado como agentes de “enlace” de un ex empleado ruso, también del consulado, acusado por las autoridades de espionaje.
El Ministerio de Relaciones Exteriores apuntó contra Jeff Sillin y David Bernstein por “realizar actividades ilegales al comunicarse con un ciudadano ruso, Robert Shonov”.
“El Servicio Federal de Seguridad de la Federación Rusa detuvo las actividades ilegales de un informante de la Embajada de Estados Unidos en Moscú, un ex empleado del Consulado” que “a cambio de una recompensa material llevó a cabo tareas propias de empleados del departamento político de la Embajada” para recopilar información sobre el progreso de la “operación militar especial” y de actividades de oposición ejercidas desde la población, de cara a las próximas elecciones presidenciales, sostuvieron entonces desde el FSB.
Los vínculos entre los tres es un reflejo de las “actividades ilegales” de la cancillería, incluida la “injerencia en asuntos internos” del país.
Washington respondió a estas declaraciones diciendo que están “totalmente infundadas” y alertando de las leyes “cada vez más represivas contra sus propios ciudadanos”.
“El hecho de que Rusia haya atacado a Shonov en virtud del estatuto de ‘cooperación confidencial’ solamente pone de relieve las acciones cada vez más represivas que el Gobierno ruso está tomando contra sus propios ciudadanos”, dijo el portavoz del Departamento de estado, Matthew Miller, y subrayó que “no toleraremos el acoso del Gobierno ruso a nuestros diplomáticos”.
Desde entonces, la administración del presidente Joe Biden sostiene no ver ningún sentido en mantener conversaciones diplomáticas de alto nivel, con la excepción de algunas cuestiones aisladas como la organización de operaciones de intercambio de prisioneros.
Un ejemplo de ello fue el de la basquetbolista Brittney Griner, en diciembre, tras pasar 10 meses en prisión en Moscú. Su llegada a suelo estadounidense fue posible gracias a la entrega de Washington del famoso traficante de armas Viktor Bout.