Escalada en Oriente Medio: Estados Unidos eleva el nivel de alerta de sus tropas en Irak, Siria y el Golfo Pérsico

El temor de los funcionarios de la administración Biden es que Irán cumpla sus amenazas y sus representantes utilicen el conflicto para abrir otro frente de guerra y desestabilizar aun más el mapa regional, incluso mediante el ataque directo a las fuerzas norteamericanas

La información fue ratificada por fuentes militares que informaron a los asesores de inteligencia de la administración Biden que la logística, el equipo utilizado y la dirección de Irán esta presente en esos ataques ejecutados por sus milicias aliadas en la región, principalmente por los grupos de milicias en Irak como por los hutíes en Yemen.

El Pentágono no brindó el número exacto de soldados estadounidenses heridos durante los ataques pero reveló que un contratista del gobierno murió durante uno de ellos en la base aérea iraquí de Al-Asad.

Estos últimos ataques fueron los primeros a gran escala sobre las tropas estadounidenses estacionadas en Irak en más de un año y se producen en el marco de la guerra en curso entre Hamás e Israel.

El temor de los funcionarios de la administración Biden es que Irán cumpla sus amenazas y sus representantes utilicen el conflicto -que comenzó después de que operativos de Hamás atacaran por sorpresa a Israel el 7 de octubre- para abrir otro frente de guerra y desestabilizar aun más el mapa regional, incluso mediante el ataque directo a las fuerzas de Estados Unidos.

En relación a este escenario, Lloyd Austin, secretario de Defensa, ordenó al Grupo de Ataque del Portaaviones USS Dwight Eisenhower que se dirija a una ubicación supervisada por el Comando Central estadounidense. En principio, la fuerza de ataque había sido trasladada al Mediterráneo Oriental junto al grupo de ataque del portaaviones USS Gerald Ford después de que comenzara la guerra entre Hamás e Israel. En un mismo sentido, Austin puso en alerta a varias fuerzas de despliegue inmediato para el caso de tener que responder a cualquier nueva agresión y desplegó el Sistema de Batería de defensa Aérea de máxima altitud (THAAD por sus siglas en ingles) junto a varias unidades adicionales de misiles interceptores Patriot que se distribuyeron en distintos puntos geográficos de la región.

Aunque Ryder no reveló el número exacto de cada arma enviada ni dónde estarían ubicadas, señaló que la batería THAAD fue trasladada desde Fort Bliss, Texas; y las Unidades Patriot desde Fort Liberty, Carolina del Norte; y agregó que Washington ha desplegado fuerzas adicionales con la intención de enviar un mensaje claro de que siempre habrá protección para sus fuerzas estacionadas allí y también para los socios regionales de Estados Unidos. También ratificó que las tropas harán uso del derecho a su legítima defensa en el momento y lugar que evaluemos conveniente, declaró ante los periodistas.

En un mensaje claro esta semana el Pentágono intensificó su retórica contra Irán y Ryder ratificó que Estados Unidos responsabilizará a Teherán por los ataques a sus bases militares en Irak y Siria, ello en virtud de que “los grupos que están ejecutando esos ataques cuentan con el apoyo de Irán, por lo que responsabilizaremos a ese país.

Los ataques recientes con aviones no tripulados y misiles contra los efectivos militares estadounidenses incluyen también el golpe del 18 de octubre contra la base de Al-Asad al noroeste de Bagdad, donde se respondió disparando contra tres aviones no tripulados, uno de ellos cuales fue destruido y los dos restantes dañados al punto de dejarlos no operativos después de que un soldado estadounidense fuera herido y las bases militares sufrieran daños leves en los ataque que tuvieron por objetivo la base aérea de Al-Harir, en Erbil, al norte de Irak -el mismo día- otro ataque tuvo como objetivo la guarnición de Al-Tanf en Siria, donde cuatro soldados del ejercito estadounidense resultaron heridos de distinta consideración.

La profundización de la señal de cambio en la posición estadounidense haciéndola mas agresiva y colocándola en alerta de operaciones inminentes de contraataque ya se había expresado el 19 de octubre, cuando en el norte del Mar Rojo el USS Carney derribó cuatro misiles crucero de ataque terrestre y una docena de drones lanzados por las fuerzas hutíes desde Yemen. Sin embargo, las declaraciones recientes de fuentes militares de Estados Unidos han escalado y ya no muestran equidistancia o moderación dada la velocidad de los hechos que se desarrollan en la región y abren un escenario de decisiones militares no visto desde 1983 durante el gobierno del presidente Ronald Reagan o mas cercano en el tiempo cuando se produjo la guerra del Golfo.


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