El recurso de fútbol sala que ha generado una revolución táctica en la Premier League
Un comentario del futbolista italiano Antonio Vacca instauró una idea que Roberto De Zerbi lleva adelante en el Brighton de Inglaterra
Justamente, durante una práctica estaban ensayando cómo atacar cuando el rival se repliega en campo propio y De Zerbi retó al futbolista por no mover la pelota rápido. “Mis compañeros del equipo contrario no salían a presionarme, entonces el entrenador me decía: ‘Pásalo, muévelo’”. Sin embargo, el mediocampista se tomaba siempre un tiempo más para poner la planta del pie sobre el esférico.
“Entonces le respondí: ‘Señor, si nuestros oponentes del domingo vienen aquí y juegan por un punto y yo lo muevo sin que uno de ellos me presione, no sirve de nada’. Argumenté que si ponía la planta de mi pie sobre el balón y atraía a mi oponente, lo invitaba a presionarme. Mientras lo hace, podemos romper la línea con un pase”.
Aquello dejó pensando a De Zerbi. Claro, Vacca le ofrecía una especie de cebo. Al pisar la pelota un instante, como se hace habitualmente en el fútbol sala, los rivales salían de su posición y avanzaban para intentar quitárselo, una provocación sencilla y eficiente que permitía la aparición de espacios entre las líneas. “Recuerdo que al día siguiente dijo: ‘Vacca tiene razón. Cuando nuestros oponentes se refugian, tenemos que poner la planta del pie sobre el balón y hacer que salgan, provocarlos, porque cuando un jugador te ve parado así sobre el balón, se enciende algo dentro de él’”.
Fue así que empezó a llevar a cabo ese recurso en cada equipo en el que estuvo y, según informa The Athletic, en un seminario web en el que habló sobre sus tácticas le dio el crédito a Vacca por haberle “abierto los ojos”.
Ahora, el Brighton ha hecho escuela de ese concepto que han copiado otros equipos de la Premier League, como Arsenal y Liverpool. Incluso, cualquier fanático puede observar que cuando un marcador central o un arquero recibe el balón, rápidamente coloca la suela sobre él. Claro, no como un recurso inútil, sino como una sutileza clave en el armado de la jugada.
Este fin de semana, Mikel Arteta, técnico de los Gunners fue consultado al respecto después de su victoria ante Manchester City del domingo, ya que su arquero, David Raya, lo hizo en varias ocasiones: “Pueden abuchearme. Él (Raya) fue excelente. Los tiene ‘grandes’ porque con la multitud yendo así, otros jugadores -lo he visto- empiezan a patear balones por todas partes. Le dije: ‘No hagas eso’”.
Pero pisar la pelota y dejarla quieta bajo la suela no sólo es un beneficio táctico, sino que además favorece a quien tiene el control. “Si recibes el balón inclinado hacia un lado, te excluyes de una jugada. Si lo tienes por la izquierda, no podrías jugar por la derecha. Si recibes el balón con la suela y de frente, podrás jugar hacia el lado que quieras. Allí tienes el control total del balón”, comentó De Zerbi en un seminario. Además, al estar en contacto con la pelota el jugador sabe exactamente dónde está y no necesita bajar la mirada para ubicarlo nuevamente.
El técnico escocés Ian Cathro, quien trabajó durante años junto al portugués Nuno Espirito Santo en Valencia y Wolves, entre otros clubes de Europa, comentó además en diálogo con el mismo portal que ese recurso confunde al rival, que no suele saber hacia dónde achicar: “Por lo general, cuando la pelota está en movimiento, hay una indicación de hacia dónde se dirige a continuación y eso también provoca que se presione. Entonces, si un central recibe el balón y lo pasa a través de su cuerpo, eso indica hacia dónde es probable que vaya el pase. Si el balón se queda quieto, obligas a que sea el rival quien tome la decisión. Entonces sólo necesitas ser lo suficientemente bueno para poder actuar según la decisión (que toma el oponente) y estar dispuesto a soportar esa presión”.
En un período en donde el fútbol a dos toques predomina en Europa, aquella charla de Vacca con De Zerbi le ha sumado la pausa a las transiciones. Sin dudas, esto invita a idear nuevas estrategias o métodos para la presión y para evitar caer en la trampa de la pisada, el recurso del fútbol sala que ha generado una revolución táctica en la Premier League.