El Barça pierde disciplina
Ha encajado en nueve jornadas los mismos goles, diez, que en los primeros 31 partidos de la temporada pasada. El orden y la concentración fueron básicos para que el Barça reconquistase la Liga y le ha faltado en varios partidos este curso.
Un dato lo resume todo. El Barça ya ha encajado tantos goles, diez, en estas nueve jornadas de Liga 2023-24, como en 31 jornadas de la temporada pasada. Y eso no es casual. Para empezar, dentro del mismo vestuario azulgrana ya eran conscientes de que era muy difícil volver a ganar tantos partidos 0-1 como el curso anterior. Hasta once veces repitió ese resultado en la Liga pasada el equipo de Xavi. También se podía suponer que el estado de gracia de Ter Stegen no podía ser eterno. El alemán falló claramente en Mallorca en la acción del 1-0 y, este domingo, no estuvo fino en el gol de Bryan Zaragoza, que pareció un disparo parable. Demasiados milagros, tal vez, la temporada pasada.
Mucho más enfocado en mejorar su producción ofensiva, y en divertir como no hizo el pasado curso, el Barça ha mejorado su plantilla en cuestiones de talento y está siendo un equipo que ataca mejor este curso. Pero la manta se le está quedando corta en el otro lado del campo. Se ve menos tensión en las acciones defensivas y faltas de concentración incluso en jugadores excelentes en esa faceta como Gavi. El andaluz no podía esperar que los centrocampistas del Granada fueran como lobos a por él en los primeros diez segundos. Y los de Paco López supieron penalizarlo muy duramente.
Tácticamente, el Barça también ha cambiado. Concede más. La llegada de Cancelo ha modificado su ‘fenotipo’. Los dos laterales se van mucho y no son especialistas defensivos. Balde no ha empezado al nivel que terminó el curso pasado y Cancelo es un espíritu libre que deja lagunas por su zona. Los agujeros que el curso pasado no existían con Koundé como lateral, y Araújo y Christensen como centrales, sí existen ahora con otros jugadores que permiten al equipo jugar con más alegría y creatividad, pero con menos disciplina. Hay, además, menos talento defensivo sin Busquets, que le daba mucho poso al equipo. Pero con eso ya cuenta Xavi, que empieza a percibir que el equipo ha perdido ese punto áspero que le fue tan bien el curso pasado y tiene el parón para conseguir que su discurso vuelva a calar en el vestuario. Quiere un equipo que juegue mejor y sea más divertido este curso, sí, pero sabe que no irá a ningún lado, ni en Liga ni en Champions, si no recupera ese punto de humildad perdida para ser un equipo absolutamente disciplinado.