Copa Argentina: San Lorenzo venció a San Martín, de San Juan, para romper una racha y alimentar una promesa
Con un penal de Federico Girotti se impuso por 1-0 en La Punta y se clasificó para las semifinales; “está bueno haber ganado con nuestra identidad”, afirmó Augusto Batalla
“Martes, cinco de la tarde, a 800 km de casa y la gente estuvo. Una manera de agradecerle, porque sabemos que no es fácil y ellos están con nosotros”, comentó Augusto Batalla, el capitán y una de las figuras de la victoria. “Muy difícil jugar con este viento y el polvo. La cancha estaba buena, pero dura. Un partido incómodo, que lo sacamos adelante y ahora pensamos en las semifinales. Se hablaron muchas boludeces, que cuando pasan los años y uno está en institución grande sabe que son así. Está bueno haber ganado con nuestra identidad, con nuestra manera. No tenemos dudas de lo que somos como grupo y como respondemos en la cancha. La gente sabe, no hay que consumir ciertas boludeces que aparecen en Twitter o en algún lado. Después de un resultado negativo es normal que pase, pero nosotros vinimos a poner el pecho y nos llevamos una victoria merecida. Ahora a pensar en Godoy Cruz, que es importante: quedan seis finales y si Dios quiere estos dos partidos en la Copa”, apuntó el guardavalla.
El gol de Girotti, la victoria de San Lorenzo
No salirse del libreto, aunque el rival compita en una categoría inferior. San Lorenzo tiene un método de juego que le dio réditos en el pasado, en el semestre anterior, pero que dejó de ser efectivo en la Copa de la Liga, donde no sabe de victorias en ocho partidos. En media hora de partido, el Ciclón no ofrecía respuestas ante San Martín, de San Juan, que marcaba el pulso y hasta con un par de acciones advirtió a Batalla. La de mayor riesgo, un anticipo de cabeza de Marcos Arturia, que segundos antes tuvo un cruce verbal con el colombiano Carlos Sánchez. Con un plan simple, los sanjuaninos maniataron a los azulgranas: con los volantes externos –Manuel Llano y Alexis Vega- tapaba las trepadas de Agustín Giay y Malcolm Braida, un argumento que se repite en los esquemas del entrenador Insua. Sin desequilibrio por las bandas, la responsabilidad ofensiva recaía en Gonzalo Maroni.
El fortísimo viento y la dureza del campo de juego –la sequía obliga a no derrochar agua y el césped recibe un mínimo riego-, dos factores que incomodaron a los protagonistas. Una jugada representó la problemática: tiro libre de Jalil Elías para habilitar a Gastón Hernández, la pelota picó y se convirtió en ingobernable. San Martín puso el balón con velocidad en juego y Batalla –que tenía retenido el balón de la acción anterior- desbarató el avance con ese artilugio. Entre tanta intrascendencia, el árbitro Fernando Espinoza hizo su pequeño show: corrió 20 metros para apercibir a Matías Fleitas, ayudante de campo del DT César Monasterio; más tarde expulsó al utilero Abel Moreno. Todo pasaba fuera del terreno, si hasta Iván Leguizamón casi lesiona a Insua, al aplicarle un pisotón en la desesperación por controlar la pelota.
Se corría de área a área, pero Batalla y Mariano Monllor eran espectadores. Desde afuera, los hinchas del verdinegro empujaban al equipo, ese que además de desandar una histórica participación en la Copa Argentina –nunca jugó cuartos de final- buscará una plaza para clasificarse al torneo Reducido, por el segundo ascenso, desde la Primera Nacional. Desde la restante cabecera, el “movete San Lorenzo, movete”, toda una descripción de lo que contagiaba el equipo que no tuvo al artillero Adam Bareiro –convocado por la selección paraguaya, rival de la Argentina- y extraña el desequilibrio y cambio de ritmo que supo tener Nahuel Barrios, que tras la lesión no volvió a brillar como antes.
San Lorenzo dependía de una genialidad del futbolista más pensante en ofensiva y Maroni hizo su aparición. Atacó por la izquierda y cuando descargó en Braida, que trazó una diagonal desde la banda hacia el centro, la mano de Nicolás Pelaitay cortó la trayectoria de la pelota y Espinoza no titubeó en marcar el penal. Sin Bareiro –autor de cinco de los seis goles del equipo en la Copa de la Liga- tomó la responsabilidad Federico Girotti, que anotó el restante festejo del Ciclón en el torneo. El bonaerense, que también convirtió en el triunfo sobre Belgrano (Córdoba) por los octavos de final de la Copa Argentina, cruzó el remate y desató el nudo. Con la ausencia del guaraní, Girotti se posicionó en el centro del ataque, pero sin la asistencia de quienes debían progresar por los laterales sus intervenciones se limitaron a los forcejeos con los zagueros centrales sanjuaninos.
La jugada polémica en San Luis
El gol no modificó el escenario, porque las propuestas no se alteraron. Sí se modificó el resultado, aunque Espinoza –por indicación del árbitro asistente Marcelo Bistocco- anuló el festejo de Llano, por posición adelantada. La imagen de la transmisión de televisión enseñó que Giay habilitaba, por escaso margen. La imposibilidad de recurrir al VAR –en la Copa Argentina no se utiliza- le devolvió aire a San Lorenzo y dejó a los sanjuaninos mascullando, aunque no existieron reclamos ni protestas.
Con oficio, San Lorenzo administró la ventaja. Se oxigenó con los cambios –los refuerzos Gastón Ramírez y Carlos Auzqui saltaron desde el banco de suplentes- y se robusteció con Gastón Campi, que provocó el adelantamiento de la Roca Sánchez al mediocampo para conformar un mediocampo más combativo. Y en las difíciles se hizo gigante Batalla, desviando un tiro libre de Leonel Bontempo y otro remate de media distancia de Leandro Espejo.
Sin la solidez del pasado reciente, sin ser punzante en ofensiva, disimulando las ausencias ocasionales, el bajón futbolístico de algunas piezas y las pérdidas tras el mercado de pases, San Lorenzo sacó adelante un partido incómodo y se clasificó para las semifinales de la Copa Argentina. Un motivo para festejar: con el triunfo rompió la serie de seis partidos sin victorias y alimenta aquella promesa que ensayó Insua de sumar una estrella en 2023.