Cinco claves para reconocer el discurso islamista

Para analizar el fenómeno del radicalismo como Hamas, la Yihad Islámica, Hezbollah o Al-Qaeda hay que dejar de lado las premisas etnocentristas occidentales


La segunda afección es el resultado de analizar los conflictos bajo prismas materialistas. Nos enseñan, en nuestras universidades y desde medios de comunicación, que los conflictos son por poder, tierras, petróleo, agua… mientras que en el Medio Oriente los conflictos suelen ser tribales, étnicos y religiosos. De este modo, se justifican las acciones bélicas de Hamas como una respuesta a la ocupación israelí y otras afirmaciones surrealistas similares. El yihadista de Hamas, cuando está a punto de degollar a un judío, no grita “¡ocupación, ocupación, queremos nuestras tierras!”, sino que clama “Allah U-Akbar” (Allah es el más grande entre los dioses).

Hablemos entonces sobre los radicales islámicos (como Hamas) y no sobre nuestras esquivas traducciones que hacemos de ellos. ¿Cómo reconocer un discurso islamista? Les propongo cinco variables:

1-“Jahilyah” – Se trata del periodo premusulmán, en donde las personas vivían confundidas. En la actualidad, los radicales islámicos consideran que la cultura occidental, incluyendo la democracia, los derechos humanos, el estado de derecho y las constituciones en el mundo, la diversidad sexual, el papel alcanzando por nuestras mujeres… todo eso una importación de occidente que malversa la pureza de ese islam que se vivía durante los días en los que Mahoma nos curó de la “Jahilyah” (confusión). ¿Quiénes promueven esa infección en el Medio Oriente? Por supuesto, los judíos y los cristianos. Si una persona considera que la cultura occidental es Jahilyaca, entonces tiende hacia la radicalidad.

n y que se conoce como Dar El-Harb (la casa de la espada). La conquista se realizará por medio de la educación y el proselitismo (Dawa) o por la fuerza física (Yihad). Este tipo de pensamiento es típico del radicalismo islámico.

MOvilización de apoyo a Hamas, en Beirut, Líbano, 20 de octubre de 2023. REUTERS/Amr Alfiky
MOvilización de apoyo a Hamas, en Beirut, Líbano, 20 de octubre de 2023. REUTERS/Amr Alfiky

3-“Al-Dhimma” - La humanidad se divide en cuatro estratos de seres humanos. El musulmán es quien posee la única verdad. Frente a ellos se encuentran los que no son monoteístas, quienes merecen la muerte (por eso mismo, ISIS asesinaba a Jazidíes en Irak, porque los consideraba paganos). Luego, están los Musta Minum, comerciantes que van y vienen, frente a los cuales no hay que adoptar postura ya que desconocen al islam. Judíos y cristianos son Dhimmies, monoteístas que creen en un solo Dios pero no en Mahoma como su profeta. Los Dhimmies pueden vivir en Dar El-Harb pagando un impuesto por cabeza (Jizia) pero nunca, jamás, conformando un estado propio no musulmán.

4 -Valores no universales – A diferencia del islam clásico, los radicales del Hamas (o ISIS, Hezbollah, Al-Qaeda) consideran que no existen valores universales. ¿Se puede robar a un musulmán para ellos? De ninguna manera. ¿Se puede robar a un Dhimmie para favorecer sus posturas? Totalmente. ¿Se puede mentir a un creyente? No. ¿Se puede mentir a los cristianos diciéndoles que Israel asesinó 500 inocentes en un hospital aunque el cohete lo disparó la Yihad Islámica y no fueron esas las cifras de los asesinados? Totalmente. Dicho sea de paso, mentir para favorecer la causa tiene un nombre en árabe, “Taaqya”.

Para Hamas, Israel es un estado Dhimmie, que se conformo en Dar El-Islam (la casa del islam), un país democrático y occidental que promueve la Jahilyah y al que se debe destruir por la acción social, usando la mentira o por medio de la violencia (Yihad).

No, el conflicto no es por tierras… para los agresores, se trata de argumentos mucho más profundos (y graves).


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