Camavinga: una salida tras su queja
La lesión de Tchouameni da un mes y medio de protagonismo al ex del Rennes para intentar consolidarse en la medular. Todo, después de su lamento público por jugar en el lateral.
“Me ha gustado mucho Camavinga como pivote”, concedió Ancelotti en el último precedente de él en esa posición, ante el Braga. Un partido atípico por la debilidad del equipo portugués, que dejó muchos espacios. Aún así, fue el que intervino en más acciones (90), el que más duelos terrestres ganó (13), recuperó siete balones y todo ello rozando la perfección en la distribución de la pelota: un 97 por ciento de acierto en los pases. En la comparativa general con Tchouameni (sobre los tres partidos que ha jugado Camavinga como pivote y los 11 de Tchouameni esta campaña), el ex del Rennes sale favorecido en casi todos los valores (por 90 minutos). Interviene más en el juego (76 pases frente a 66 de Tchouameni), llega a más duelos (14 frente a 7) y por tanto gana más (8 frente a 5) y recupera más (casi 7 balones frente a los 4 de Tchouameni). Sólo pierde ligeramente más balones que su compatriota (9 frente a 7). Siempre, de promedio sobre 90 minutos.
Desde que fichó por el Real Madrid en el verano de 2021 (el club pagó 40 millones al Rennes), Camavinga ha jugado 113 partidos. De ellos 55 fueron como interior (el 48%), 31 como pivote (27%) y 19 como lateral izquierdo (17%). Si algo encandiló a Juni Calafat cuando apostó por recomendar su fichaje fue no sólo los récords de precocidad que estaba batiendo el francés (no sólo con el Rennes, también con Les Bleus), sino también su potencial polivalencia. Tanto esfuerzo ha tenido su recompensa. Firmó hasta 2027 y el Real Madrid, aunque aún no se ha hecho oficial, le ha dado más años de contrato y más dinero de sueldo. Ahora, con sólo 20 añitos, la lesión de su compatriota le da una gran oportunidad para hacerse fuerte en una posición que se acerca a la suya ideal.