BARCELONA 1 - ATHLETIC 0 / La Masia es un tesoro

Marc Guiu, con 17 años, debuta y decide en la primera pelota que toca. El Barça se queda a un punto del Madrid. Sensacional partido de João Félix e Iñigo Martínez.

Santi Giménez
As
Fuera de eslóganes y de polémicas, el gran tesoro del Barcelona es su cantera. La Masia es un tesoro descomunal que saca jugadores como churros. En un partido en el que Xavi llegaba con lo justo (13 jugadores del primer equipo disponibles) todo el mundo esperaba a Lamine Yamal, o a Gavi o Fermín, tres adolescentes que tiran del carro de un equipo que no puede fichar. Pero es que este domingo, el partido, con el permiso de un João Félix descomunal, lo decidió un chaval de 17 años de Sant Celoni llamado Marc Guiu. Que debutó y convirtió en gol en la primera pelota que tocó. 1-0 y el Barça llegará al Clásico a un punto del Madrid.


La puesta en escena del partido ofreció novedades. En el lado barcelonista Xavi alineó a Iñigo Martínez, que ha regresado a lo grande, para reservar a Araújo. El vasco por primera vez formó pareja con Christensen. Una apuesta arriesgada ante la velocidad de los hermanos Williams, que obligaron a los laterales del Barça, Cancelo y Balde, a ser menos atrevidos que de costumbre.

También dejó en el banquillo de salida Xavi a Lamine Yamal, al que se reservó como bala de emergencia. Ferran se alineó como extremo derecho mientras que Fermín aparecía de nuevo en el centro del campo.

En el Athletic Club, Valverde tuvo que luchar ante los imprevistos, que empezaron en el calentamiento, cuando se lesionó Ander Herrera y tuvo que dar entrada a Ruiz de Galarreta. Mediada la primera parte, Yuri volvió a tener un problema muscular y apareció Lekue en escena.

A pesar de los contratiempos físicos, el Athletic se sintió cómodo en el inicio del partido, pero ahí siempre apareció Ter Stegen para frustrar los intentos de Iñaki Williams, un dolor de muelas para Cancelo.

En el Barcelona, se echaba de menos la continuidad en el juego. Las únicas opciones blaugranas pasaban por las carreras de Ferran al espacio, pero el juego de posición se rompía en cuanto la pelota llegaba a Oriol Romeu. Cada pérdida era un amago de infarto en el banquillo culé. A eso le añadimos que João Félix volvió a disparar al larguero (tercer palo que suma en la temporada) en una de las contadas ocasiones en las que el Barça amenazó a Unai Simón, que estuvo sensacional en la otra llegada del Barça en el primer acto ante Fermín.

Con Gavi y Romeu amenazados con una tarjeta antes del descanso, el partido se le estaba poniendo muy cuesta arriba a un Barça y Montjuïc miraba al banquillo buscando la salvación en un niño de 16 años. Lamine Yamal.

El niño en cuestión, salió, junto con Araújo a la hora de partido para sustituir a un Romeu ya superado y a Christensen para tratar de mejorar a un Barça que daba síntomas de mejora gracias a Ferran Torres y João Félix, pero que seguía careciendo de colmillo contra un gran Unai Simón.

Al jugador portugués le puede faltar gol, pero fue la pieza clave del Barcelona. Sin marcar, João Félix dio un recital de fútbol en la segunda parte que le hace crecer de cara a un futuro blaugrana. Fue el líder del equipo, decidió siempre bien, pidió el balón y dio un curso de elegancia para jugar a la pelota.

Pero por mucho que el partido de João Félix fuera estupendo, con permiso del de Iñigo Martínez, que estuvo soberbio, el protagonismo tiene que recaer en el niño que nadie esperaba. Cuando todo el mundo miraba a Lamine Yamal como solución, apareció Marc Guiu y en la primera pelota que tocó metió el gol que pone al Barça a un punto del Madrid una jornada antes del Clásico. Siempre con La Masia. Un tesoro brutal.


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