VALENCIA 0 - REAL SOCIEDAD 1 / El oficio puede con el ímpetu

Un gol de Carlos Fernández da la victoria a la Real Sociedad en un partido condicionado por la expulsión de Amallah.

Conrado Valle
As
EI oficio de la Real Sociedad, que por algo es equipo de Champions, pudo con el ímpetu del Valencia. El gol de Carlos Fernández y la roja de Amallah fueron los hitos de un partido tras el cual los donostiarras cogen velocidad antes del Athletic y en el que los blanquinegros demostraron que, aún con 10, hay que sudar para ganarles.

Con Champions de por medio, Alguacil sabe que su Real solo llegará a la orilla si reman todos sus jugadores. De ahí que las rotaciones sea su mantra. Seis cambios con respecto al Getafe. Así que los periodistas japoneses que siguen a Kubo relataron su suplencia. Baraja tiene menos partidos que jugar y también menos dónde elegir. Él solo introdujo dos novedades: Cenk y Amallah.

El marroquí se estrenaba de titular, aunque ya no lo será contra el Betis porque fue expulsado. Hasta su manotazo a Oyarzabal, Amallah había forzado dos amarillas y protagonizado la mejor ocasión blanquinegra. Su remate de cabeza obligó a Remiro a estirarse de lo lindo. Sucedió en una fase donde la intensidad de La Quinta del Pipo se imponía en cada balón dividido, lo que enchufaba más si cabe a una grada que está entregada a sus chiquillos.

Pero la pillería de Tierney, sacando rápido una falta, y el talento de Carlos Fernández, dejando plantado a Diakhaby para fusilar después a Mamardashvili, frenaron en seco al Valencia. Merino pudo rematarle y a renglón seguido llegó la roja directa a Amallah, un color que por otro manotazo a Diego López no vio Traoré, lo que indignó a Mestalla, que le cantó “burro, burro” a Hernández Hernández.

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Alguacil, tipo listo, se dejó en el vestuario a dos con tarjeta: De Zarate y Traoré. Al Valencia se le sumó otro problema con la lesión de Gayà. Ni un lateral le queda sano a Baraja. Pero el Valencia no tiró la toalla, Guerra y Pepelu siguieron corriendo como si no hubiera mañana y la salida de Yaremchuck acabó por encerrar a una Real que se olvidó de Mamardashvili y tiró de oficio. El Valencia reclamó un penalti por manos de Odriozola, aunque Hernández Hernández dijo “sigan, sigan” y Del Cerro Grande no le avisó de lo contrario. Así que no llegó el gol che, aunque sí el aplauso de Mestalla.


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