TENIS | US OPEN / Un Alcaraz desatado gana a Arnaldi para volver a cuartos
El español bate al italiano en su mejor partido en lo que va de torneo. Ha llegado a la antepenúltima ronda en sus tres primeras apariciones en el US Open.
“La intensidad fue muy buena de principio a final. Fue un partido sólido, sin errores, yendo mucho a la red… La actuación, en general, muy buena. Intento estar concentrado todos los partidos y el de hoy fue muy bueno”, dijo Alcaraz, que despachó el mejor de los cuatro encuentros que ha disputado estos días en Nueva York, sobre todo en el primer set y gran parte del segundo, cuando jugó desatado pero al mismo tiempo con orden, manejando bien el balance entre lo práctico y lo espectacular. Sacó bastante bien, con muy buenos porcentajes, en la red le dio un buen repaso a Arnaldi, italiano de 22 años y 61º del mundo, que están un escalón por debajo de sus compatriotas coetáneos Sinner y Musetti. Y al resto sobresalió.
En su debe, solo el despiste que le hizo perder su servicio en la tercera manga antes de rehacerse para cerrar un triunfo que comentó para la retransmisión televisiva, por primera vez en el torneo, el gran John McEnroe, que había sido baja hasta ayer por culpa de la COVID. En las gradas, el cantante y productor J Balvin, y el escolta de los Miami Heat de la NBA Jimmy Butler, habitual seguidor de los partidos de Carlitos. También el actor Ben Stiller, que echará de menos a su amigo Rafa Nadal.
El encuentro se desenvolvió con la Arthur Ashe cubierta por la amenaza de la lluvia. Olía más que nunca a nachos y el aire acondicionado regalaba ráfagas de frío para paliar el calor y la humedad. Sin embargo, el ruido fue más llevadero que en otras actuaciones de Alcaraz, quizá por la hora, 13:45 local, menos usual para el consumo de alcohol.
En este ambiente, Charly se gustó, se lo pasó bien, sonrío en sus puntos más vistosos, que los hubo, y también en los que acertó a meter con mérito su adversario, que intentó hacerle caer en la trampa que le había tendido el sábado al murciano Evans, solo que sin tanta experiencia y mano como el británico.
Excelencia
Estéticamente, hubo momentos excelsos de Alcaraz, de póster por su posición y finura al golpear, sobre todo, de volea. Y al final fue un caballero con Arnaldi: “Bravo, Matteo, tío, bravísimo”. Ya conoce las alturas de Nueva York, la ciudad de los rascacielos, la que nunca duerme. Y ahora llega su momento.