Rodrygo se reactiva con Brasil

El madridista hizo un doblete con su Selección tras tres jornadas consecutivas de sequía en la Liga. Hasta la vuelta de Vinicius, el Madrid necesita su gol.

Víctor Gómez
As
Rodrygo ha hecho terapia de gol con Brasil. El pasado sábado consiguió el premio que lleva buscando semanas. Marcó dos de una tacada en el festín de su Selección (5-1) ante Bolivia (como parte de las Eliminatorias Sudamericanas, la vía de acceso al próximo Mundial). El primero, para abrir la lata tras pescar un rechace en el área. El segundo, después de encarar con espacio al portero boliviano y definir plácidamente al palo corto. Oxígeno puro para el de São Paulo, a quien la sequía empezaba a pesar.

Anotó el primero de los dos tantos con los que el Madrid se llevó los tres puntos de San Mamés en el debut liguero y, desde entonces, su acierto había palidecido. 15 remates y cero goles era su balance desde esa primera jornada. Ninguna alarma al respecto, pero sí cierta amargura. Sin Vinicius, lesionado en Vigo (su vuelta está prevista para la visita al Pizjuán, el próximo 21 o 22 de octubre), el señalado para hacer las veces de su compatriota era Rodrygo. Se esperaba de él liderazgo y finura de cara a puerta. Lo primero, lo ha tenido. Lo segundo, no tanto. Se quedó sin celebrar en el Power Horse Stadium y tampoco pudo hacerlo en Vigo ni en el estreno en casa ante el Getafe. Todo ello a pesar de los numerosos intentos que registra por perforar la portería contraria. 18, en concreto. El que más de la Liga.

Líder

Si su rol en el equipo blanco es preponderante, con Brasil la cosa es similar. Lleva años siendo un habitual en las convocatorias de la Canarinha, y esta temporada ha dado un paso adelante aún mayor. Empezando por el dorsal. Al igual que en el Madrid, ha cambiado el 21 que hasta esta temporada le caracterizaba, por el 11. El aperitivo de los galones que se espera que asuma a corto plazo, si no ya. Junto a Vinicius y Neymar, es la mayor referencia ofensiva de una Verdeamarelha en vías de engranaje y quiere resarcirse del penalti fallado en la eliminación mundialista ante Croacia. Uno de los momentos más complicados de su vida, según ha reconocido él mismo a posteriori.

Para empezar a sanar heridas, apunta a la Copa América que el próximo verano se disputa en Estados Unidos y, más a largo plazo, al Mundial de 2026. Pero antes, Brasil debe dar el callo en las Eliminatorias Sudamericanas, algo por el momento está haciendo, con Rodrygo entre sus estandartes. Ha arrancado con buen pie el primero de los dos partidos de este parón y tras el segundo (madrugada del martes al miércoles 4:00 h.), le espera en Madrid la responsabilidad que dejó al irse. El gol, en sus botas.

Hasta ahora, el acierto anotador de Bellingham (5 goles en cuatro partidos) ha hecho pasar desapercibida su mala racha, pero el paulista es consciente de que el británico, tarde o temprano, dejará de producir con tal frecuencia y entonces, no habrá foco que no apunte en su dirección. Hasta la vuelta de Vini, el primer espada del ataque es Rodry y el Madrid precisa de su inspiración.

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