Reportaron al menos 10 muertos por las inundaciones “sin precedentes” en Grecia: buscan a cuatro desaparecidos
El primer ministro Kyriakos Mitsotakis acudió a las zonas damnificadas, afirmó que pedirá a la Unión Europea “el máximo apoyo posible”
Según informó la Guardia Costera, el cuerpo sin vida de una mujer fue hallado en una playa de Magnesia. En la misma zona, otros dos hombres que habían sido arrastrados por las riadas fueron encontrados muertos este viernes, mientras que en la ciudad de Karditsa una mujer se ahogó en su casa anegada, informó el portal news247.
En el marco de una “inmensa operación” de rescate, los bomberos utilizan helicópteros y botes salvavidas para llegar a los pueblos de la región, bloqueados por la crecida de los ríos.
Según los rescatistas, al menos cuatro personas siguen desaparecidas en Magnesia y Karditsa.
Los residentes de las zonas afectadas temen que suba el balance de muertos. “Es casi seguro que habrá más muertos”, lamentó Christodoulos Makris, un agricultor de 53 años, que consiguió huir de Palamas en su tractor para refugiarse en la aldea vecina.
Unos 200 turistas varados en el Monte Pelión fueron evacuados a bordo de barcos en los últimos días, indicaron el jueves los bomberos.
En Farkadona, a 330 km al noroeste de la capital griega, el nivel del agua superó un metro y numerosas viviendas están inundadas.
El primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, quien acudió este viernes a las zonas damnificadas, habló de un fenómeno “sin precedentes” y afirmó que pedirá a la Unión Europea “el máximo apoyo posible” para atajar las consecuencias de la catástrofe.
Desde el lunes y hasta este viernes más de 1.800 personas han sido rescatadas, informaron los Bomberos. Se teme que el número de víctimas aumentará aún más debido a que en la zona de Tesalia hay grandes pueblos en los que residen miles de personas.
Según imágenes del satélite europeo Sentinel-1 que analizó el Observatorio Nacional de Atenas, se estima que unas 72.000 hectáreas en el centro del país fueron inundadas.
El temporal llega tras un fatídico verano, con varias olas de calor tórrido y decenas de incendios que quemaron más de 150.000 hectáreas, cerca del 1,2 % del territorio heleno, y dejaron 25 muertos.