PSG 4-MARSELLA 0 / Tormenta del PSG sin Mbappé
El conjunto parisino, sin el francés, lesionado en el minuto 30, vapuleó a un Marsella que todavía no ha salido de la crisis en la que está sumergido.
La historia del Clásico no tuvo más que la emoción previa, más que los prolegómenos que hacen de este partido uno de los más especiales en Francia, pero que ya no aglutina la igualdad de antaño. El PSG comenzó mandando, dominando y encerrando al Marsella, inmerso en una crisis sin precedentes y con un entrenador interino, Abardonado, que se dedicó a poner el autobús desde el primer minuto para evitar darle espacios a su rival.
El gol no tardó en llegar. Concretamente en el minuto 8. Achraf, un jugador que hace dos años parecía que únicamente sabía jugar de carrilero, se ha reinventado con Luis Enrique, que le coloca de interior y le da un protagonismo por dentro que jamás ha conocido. El marroquí, de falta, marcó un golazo por la escuadra, como si llevara toda la vida siendo un especialista en esta faceta.
El libre directo, no obstante, acarreó consecuencias para el PSG. La cometió Balerdi sobre Mbappé, que desde ese momento cojeó, se fue al banquillo a ser atendido y acabó pidiendo el cambio en el minuto 30. La baja, trascendental por la importancia, no tuvo impacto en el partido, pese a que el OM pudo empatar en un remate de cabeza de Vitinha al larguero. Siete minutos después del percance, Achraf, otra vez como interior, sorprendió a Pau López con un disparo al palo largo que rebotó en el poste y que Kolo Muani acabó aprovechando. El de Bondy, como Mbappé, se estrenaba como goleador en París.
No necesitó ni un minuto el PSG para sentenciar el partido tras la salida de vestuarios. Ousmane Dembélé encaró a Lodi, levantó la cabeza, puso un caramelo a Gonçalo Ramos y el portugués, de cabeza, se estrenó como goleador en París y agudizó todavía más la crisis del Olympique de Marsella. El partido estaba completamente sentenciado, pero todavía había tiempo para un gol más, el segundo del luso, que cerró una noche mágica en París y le agudizó el sufrimiento de su máximo rival, que deberá encontrar un entrenador cuanto antes.