Paul Pogba agranda su calvario: un doping positivo podría poner en riesgo una carrera castigada por los problemas físicos
El campeón del mundo con Francia en 2018 y actual futbolista de Juventus le detectaron testosterona en un análisis por la primera fecha del calcio
Pero desde hace más de una temporada, su carrera, plagada de lesiones, y su vida personal entraron en un declive que acaba de sumar otro capítulo negativo, con el riesgo de condicionar seriamente su futuro en las canchas. Este lunes, la Agencia Italiana Antidoping comunicó la suspensión provisional de Pogba por haber dado positivo por testosterona, el 30 de agosto, por la primera fecha de la Serie A, cuando Juventus goleó por 3-0 a Udinese y el futbolista francés fue suplente, sin ingresar.
Según la Agencia Antidoping, la muestra tomada a Pogba “viola los artículos 2.1 y 2.2 por la presencia de las siguientes sustancias prohibidas: metabolitos de testosterona”. Se agrega que la testosterona no es de origen endógeno, o sea que no fue producida por el organismo. En caso de que la contraprueba de la muestra B confirme la presencia de la sustancia prohibida, el centrocampista se expone a una suspensión de cuatro años. Juventus, que ya fue notificada de la transgresión, anunció que “se reserva el derecho de evaluar los próximos pasos procesales”.
Quien salió al cruce de la novedad fue la agente de Pogba, Rafaela Pimenta, en declaraciones al medio francés RMC: “Estamos esperando los contraanálisis, no podemos opinar antes de los resultados. Lo que es seguro es que Paul Pogba nunca quiso transgredir ninguna norma”.
En la temporada pasada, Pogba, de 30 años, sufrió seis lesiones, que solo le permitieron participar en 108 minutos de seis encuentros del calcio. Casi no tuvo acción. La testosterona es un anabólico que aumenta la masa muscular e incrementa el desempeño atlético.
En 2022, el defensor argentino José Luis Palomino (Atalanta) dio positivo de nandrolona (cercana a la testosterona) con una segunda muestra también positiva. Tras estar suspendido entre julio y noviembre, fue sobreseído por el Tribunal Nacional Antidoping, que descartó cualquier responsabilidad por parte del jugador. Se consideró una posible contaminación accidental.
El comunicado de Juventus con la admisión del positivo de Pogba
La secuencia de problemas físicos de Pogba lo dejó al margen de 53 cotejos en el curso 2022/23. En el seleccionado francés, donde Didier Deschamps lo hizo debutar con 20 años en 2013, no juega desde hace un año y medio, en marzo de 2022, en un 5-0 a Sudáfrica en un amistoso.
Sucesivamente, durante el último año sufrió una lesión meniscal, una operación en una rodilla, una distensión muscular, una distensión inguinal, una lesión en un aductor y una última en un muslo, según la recopilación de Transfermarkt, que a comienzos de esta temporada señala una inactividad de “34 días por una lesión desconocida”.
La escasa continuidad tenía muy preocupada a Juventus, que le paga a Pogba el contrato más alto del plantel: 8 millones de euros al año, por un vínculo hasta 2026. Debido a esto, en el reciente mercado de pases se evaluó una salida a Arabia Saudita. En el actual curso, el volante jugó 52 minutos en dos cotejos, entrando desde el banco contra Empoli y Bologna. Muy poco para un jugador que en su primera etapa en la Vecchia Signora, entre 2012 y 2017, fue determinante en la obtención de cuatro scudettos, dos copas y tres supercopas de Italia.
A los padecimientos con su cuerpo, Pogba le sumó en el último año un duro trance familiar, por un caso de extorsión que sufrió de su hermano Mathías, de 32 años, por una cifra cercana a los 13 millones de euros. Fue el propio futbolista el que denunció a su hermano mayor, que junto a una banda había amenazado en redes sociales con revelar informaciones comprometedoras sobre Paul. La serie de ilícitos incluyó una irrupción a punta de pistola en el departamento del futbolista en París.
Hace pocos días, antes de este nuevo calvario, Pogba, en una entrevista con la cadena árabe Al Jazeera, respondió sobre el intento de extorsión, su salud mental, las presiones que conlleva ser un deportista de élite, el racismo y la fe. “El fútbol es muy bonito, pero es cruel, duro. La gente puede olvidarte. Podés hacer algo grande y al día siguiente no eres nadie. El dinero cambia a la gente... Puede romper una familia. Puede crear una guerra”, expresó.
Agregó, a modo de confesión: “A veces pienso: ‘No quiero tener más dinero. Ya no quiero jugar. Sólo quiero estar con gente normal, que me quiera por lo que soy, no por la fama ni por el dinero’ Es muy difícil“.
Hace más de un año, reunido con Dybala y Di María
Pogba también se refirió a la tensión social en Francia a partir del homicidio en junio de una adolescente en un caso de abuso policial, de gatillo fácil: “No quiero que Francia estalle. No quiero tener que ver a toda la gente rompiendo coches de vecinos, tiendas y cosas así, porque eso no ayuda. Lo que ayudaría es la justicia. No creo que esté permitido disparar a alguien que está desarmado, dispararle en el corazón porque no tiene carné de conducir y porque se fue conduciendo”.
El jugador nacido en Lagny-sur-Marne, en las afueras de París, también imaginaba que esta sería una temporada reivindicatoria desde lo futbolístico, una revancha contra sus críticos y detractores: “Quiero hacer que se coman sus palabras. Quiero demostrarles que no soy débil. Pueden hablar mal de mí. Nunca me rendiré”. Necesitará de esa templanza para afrontar otro episodio traumático en su vida, dentro y fuera de la cancha.