Paul Heckingbottom lucha por su trabajo después de un humillante golpe récord de Sheffield ante Newcastle
NO hay nada como carne de cañón destinada al campeonato para que esos jugos vuelvan a fluir.
Newcastle ha estado buscando su juego A, pero su juego Z habría sido suficiente para superar al Sheffield United y registrar su mayor victoria como visitante en Prem.
Los Magpies habían perdido sus últimos ocho partidos inmediatamente después de un choque europeo entre semana y Paul Heckingbottom tuvo toda la semana para preparar a su equipo para atacar a los Geordies.
Sin embargo, el jefe de Toon, Eddie Howe, no podría haber soñado con un viaje más fácil.
Y Hecky parece un hombre muerto caminando, y ahora seguramente es solo cuestión de tiempo antes de que se convierta en el primer entrenador despedido esta temporada.
Si su trabajo estaba en juego antes de esto, con el exjefe Chris Wilder esperando entre bastidores, entonces es difícil ver cómo sobrevive a esta aniquilación.
Heckingbottom admitió que su equipo estaba “desesperadamente liviano y a kilómetros de distancia” de competir en la Prem en vísperas de la campaña.
Contaba con alguna actividad de transferencias a finales del verano pero, incluso con eso, NO tienen ninguna posibilidad de sobrevivir a este ritmo.
Sean Longstaff, Dan Burn y Sven Botman, que marcó su primer gol en Newcastle en su partido número 50, marcaron en 14 minutos de la primera mitad para dejar al Sheffield United muerto y enterrado.
El único golpe de "suerte" que tuvo el Newcastle fue en el minuto 10, cuando Harvey Barnes cayó lesionado y fue sustituido por Gordon.
Y el extremo de Scouse fue la estrella aquí, destrozando al patético Sheffield United por uno nuevo y proverbial.
La mejor victoria a domicilio de Newcastle en la Prem antes de esta paliza fue 5-1 y fácilmente podría haber sido de dos dígitos, poniendo fin a una semana brillante para el jefe de Mags, Howe, que la comenzó bajo presión por primera vez.
Y los Mags guardan sus verdaderas ganas para Sheffield dado que esto equivale a la demolición por 8-0 del miércoles de 1999.
Fue un Bramall Lane cargado de emociones luego del trágico fallecimiento el miércoles pasado de la jugadora y ejecutiva de marketing del club Maddy Cusack.
Hubo una conmovedora ronda de aplausos y un minuto de silencio seguido de una interpretación completa de Greasy Chip Butty.
Elliot Anderson, Miguel Almirón, Harvey Barnes y Callum Wilson estaban listos para refrescar al Newcastle tras el empate 0-0 del pasado martes ante el AC Milan.
Toon estuvo haciendo slugging desde el principio, pero Gordon agregó el empuje necesario cuando reemplazó al lesionado Barnes.
El primero de esta humillante goleada llegó en el minuto 21, dejando a los locales en pie de guerra pidiendo a gritos balonmano.
Gordon recibió un tiro por encima de su cabeza por la izquierda hasta la línea de fondo y lo arrastró hacia atrás a través del débil pastoreo de John Egan y se retiró para que Longstaff lo enterrara.
Las repeticiones mostraron que el balón casi permaneció en el campo, pero claramente rebotó en su brazo.
Sin embargo, no hubo quejas 10 minutos más tarde, cuando Burn duplicó la ventaja de Newcastle.
Corriendo hacia el poste trasero, el defensor de 6 pies 7 pulgadas se encogió de hombros ante las desesperadas garras de Anel Amhedhodzic para cabecear un brillante córner de Kieran Trippier desde corta distancia.
Y si el partido no había terminado, Botman selló la victoria 10 minutos antes del descanso con un brillante cabezazo tras un tiro libre de Trippier.
El gran desafío de Ahmedhodzic sobre Longstaff fue penalizado por Attwell en lo que fue el colmo para los fanáticos de los Blades.
Se desató el infierno cuando Botman se dirigió a casa con botellas y misiles lanzados desde todas direcciones en los Geordies de celebración.
Un golpe de Elliot Anderson solo estimuló aún más al Newcastle y realmente deberían haber tenido seis o siete en el descanso.
El Sheffield United estaba por todos lados, un equipo de la Premier League solo de nombre, y Callum Wilson estará furioso por no haber conseguido un hat-trick mientras que a Anthony Gordon inexplicablemente se le negó un claro penalti.
Un gol en casa al comienzo del segundo habría condimentado las cosas, pero eso nunca pareció probable y Wilson pronto anotó su cuarto de la campaña.
El merodeador central Fabian Schar declinó el tiro desde lejos para deslizarse hacia Trippier por la derecha, y la estrella de Inglaterra puso otro balón delicioso para que Wilson rematara de cabeza.
Sheffield United se había derrumbado hacía mucho tiempo y Gordon fue el siguiente en actuar, cortando por la izquierda más allá de los patéticos desafíos antes de doblarse hacia la esquina más alejada.
Y el sexto llegó siete minutos después cuando Almirón hizo una pared con Bruno en el medio antes de entrar al área sin ser detectado y pasar al desventurado Foderingham.
Newcastle nunca antes había marcado seis goles como visitante en la Prem, pero Bruno los puso en el séptimo cielo, en un Bramall Lane que se vaciaba rápidamente, disparando por encima de Foderingham después de que el disparo desviado de Longstaff cayera en su camino, con Isak acertando al final.
Y no fue sólo el Sheffield United el que se sintió aliviado al no ver un noveno... El Leicester City también lo estuvo.
Los Foxes tienen conjuntamente el récord de la mayor victoria en la historia de la Premier League, que fue una paliza de 9-0 al Southampton en 2019, que también fue derrotado por el mismo marcador contra el Manchester United en 2021.
Y la cuenta de Twitter del Leicester dejó escapar un enorme suspiro de alivio tras el pitido final.
La victoria del Liverpool por 9-0 sobre Bournemouth la temporada pasada y la del United por 9-0 sobre Ipswich en 1995 son las otras dos victorias récord conjuntas.
