OSASUNA 1-BARCELONA 2 / De Jong tira un flotador y Lewandowski lo aprovecha

Un gol de Koundé de córner y otro de Lewandowski de penalti alivian el sufrimiento culé. Enorme exhibición de Osasuna . Catena, expulsado

Santi Giménez
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El Barcelona no pierde el paso que marca el Real Madrid y sigue sumando puntos a base de más coraje que fútbol tras ganar a Osasuna por 1-2 en un duelo que vivió en el alambre y que el Barça ganó a balón parado: un gol de saque de esquina de Koundé y otro de penalti de Lewandowski que conjuraron el golazo de Chimy en la reacción de Osasuna. El equipo de Xavi se encomendó al oficio de Ter Stegen, el ejercicio de superioridad de De Jong y en el que las incorporaciones del equipo blaugrana fueron casi imperceptibles. Cancelo fue más decisivo que João Félix en un encuentro que el equipo catalán decidió jugando contra diez por la expulsión de Catena decretada por el VAR.

Osasuna es un equipo valiente y desacomplejado desde siempre, pero con Arrasate, los rojillos han sublimado su apuesta. Tras el cruel palo europeo del jueves contra el Brujas y casi sin tiempo para preparar la visita del Barcelona, el técnico del equipo navarro dio el paso adelante que pocos técnico se atreverían a hacer en su situación. Arrasate salió con un equipo inicial plagado de jugadores supuestamente suplen tes (sólo Juan Cruz y Catena repitieron titularidad respecto al duelo ante el Brujas) y maniató a un Barcelona muy espeso de salida.

La primera parte acabó a favor de los blaugrana que aprovecharon el arma del balón parado, que se suponía que era el principal argumento de los locales. Pero si atendemos al juego, Osasuna, sin ser nada del otro jueves, superó al Barcelona en fútbol en la primera parte y Ter Stegen tuvo que lucirse ante Arnáiz en el minuto 23 y ante Aimar Oroz diez minutos después en sendas jugadas en las que el equipo navarro llegaba tocando por banda y triangulando. Justo lo que se suponía que iba a hacer un Barcelona que volvió a apostar por Lamine, que fue el mejor del Barça en la primera parte pero al que le llegaban muy pocos balones.

Con Lewandowski ausente del juego, a excepción de una tarjeta amarilla en la primera parte, las opciones del Barcelona se basaban en las jugadas individuales o las de estrategia. Lo primero estaba complicado porque Osasuna controlaba su zona de seguridad, pero a pelota parada, el Barcelona ha ganado mucho con la llegada de Gündogan, que para que me entienda la parroquia de este diario viene a ser el Kroos del Barça. Sus centros son quirúrgicos y en un saque de esquina en el alargue de la primera parte Koundé conectó un cabezazo fuera del alcance de Aitor.

Osasuna tenía pólvora en el banquillo, pero el primero en mover ficha fue Xavi dando entrada a Cancelo y Ferran por Lamine y Sergi Roberto.

Pero los cambios que de verdad cambiaron el ritmo del partido fueron los de Osasuna, que cambió de una tacada a todo el frente de ataque dando entrada a Budimir, Chimy y Borja. Y el Barça empezó a sufrir y se encomendaba a Koundé y a Gavi, que con una oreja en carne viva por un codazo achicaba agua.

Pero cuando la barca tiene agujeros, al final acabará hundiéndose y fue Chimy Ávila el que lanzó un torpedo definitivo con un golazo desde la frontal que premiaba el esfuerzo del equipo local.

Xavi, a falta de diez minutos se jugó la carta de João Félix, pero el portugués no fue la pieza decisiva del partido. Fue De Jong, que sigue estando de cine, quien colocó un pase a Lewandowski, a quien Catena derribó en el área y tras revisión del VAR fuer expulsado. El polaco transformó la pena máxima y ya jugando contra uno menos el equipo blaugrana siguió sufriendo. Pero siempre está De Jong. Él pone los flotadores y Lewandowski llega a la orilla.


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