MUNDIAL 2023 / Alemania se sienta en el trono
Un excepcional Schröder, elegido MVP, dirige el oro de una Alemania que ha sido el mejor equipo del Mundial y logra el mayor éxito de su historia. Serbia se quedó corta.
Ese mismo Schröder que estuvo a un triple de Bertans de salir del Mundial como el villano oficial de la competición ejerció después, en los dos partidos definitivos, de cerebro y motor, electricidad bajo control, del nuevo campeón del mundo. Su impecable partido contra el Team USA, dirigiendo sin estridencias, tuvo continuidad en una final en la que hizo básicamente todo bien: 28 puntos con buenos porcentajes y un excelente trabajo defensivo. Con 29 años y en plena madurez; con una década de NBA a las espaldas y la cicatriz, como todo su equipo, del pasado Eurobasket. Cuando en su guarida de Berlín y en una semifinal de altísima tensión, la guadaña competitiva de España rajó a esta misma Alemania mientras Alberto Díaz crujía a Schröder en los minutos decisivos. Ni una más, dijo Alemania aquel día. Y aquí está: un nuevo ogro en el baloncesto FIBA, el gran hito de la excepcional generación post Nowitzki.
Sin duda, el mejor equipo de la competición
Alemania, el único invicto (8-0), es un tremendo campeón que comenzó el torneo en el grupo de la muerte (con Australia, Finlandia y Japón). Ha sido el mejor bloque y ha jugado un extraordinario baloncesto en formato jauría, músculo en defensa y precisión en ataque. Desde la jerarquía FIBA de Schröder al ascenso irresistible de Franz Wagner (22 años, 19 puntos y 7 rebotes en la final), que será all star en la NBA pero ya es campeón del mundo. Con tiro (Obst), especialistas defensivos (Bonga) y un juego interior amurallado (Theis, Voigtmann, Thiemann, Mo Wagner), Alemania ha sido la mejor selección del torneo y es la nueva y justa campeona. Con un Wagner irresistible, un sensacional alero, y un Schröder que dirigió, desquició a Bogdan Bogdanovic (17 puntos, solo dos en la segunda parte) con su defensa viscosa y anotó 9 puntos en un tercer cuarto crucial (22-10 para 69-57).
Como contra Estados Unidos, el equipo de Gordie Herbert sacó el martillo después del descanso (se llegó en 47-47) y capeó después, en el último cuarto, unos intentos de revolución dirigidos esta vez por un incansable Avramovic, que anotó 16 puntos, un esfuerzo emocionante, en la segunda parte. Serbia remó hasta un 73-69 antes de un triple de Voigtmann con efecto congelante. Ahí, medio muerta, no se desfondó y llevó el final a un histérico 79-77 a 40 segundos del final. Pero, con Bogdanovic desaparecido y Guduric negado, apareció un Schröder que, cuando parecía obcecado agotado por el esfuerzo en defensa, anotó con una penetración valiente la canasta que selló el oro.
Serbia empezó corriendo en transición, encontrando puntos desde la generación al poste de Milutinov y poniéndose en manos de Bogdanovic cuando subía el voltaje de la defensa rival. En la sinfonía de la primera parte, estuvo en el mismo nivel que Alemania. En las trincheras del segundo tiempo, no. Bogdanovic se perdió, Milutinov (2 puntos, ninguna canasta en juego) se ahogó en el oleaje de ayudas interiores de Alemania, los triples no entraron (9/29, 0/8 en el tercer cuarto) y todo acabó dependiendo de la resistencia fanática de Avramovic.
No bastó a los de Pesic, cuya plata tiene un valor gigantesco. Es un equipo que sufrió para clasificarse, que venía de ser noveno en el Eurobasket y que llegó sin Jokic, Micic, Kalinic, Lucic, Pokusevski, Marjanovic... y siguió acumulando problemas: Borisa Simanic perdió un riñón tras un golpe contra Sudán del Sur y en la final, Ognjen Dobric solo pudo jugar dos minutos por una torcedura de tobillo. La realidad se acabó imponiendo, pero el lobo serbio la desafió,literalmente, hasta el último minuto de la final. Una plata cuesta arriba, un bocado de orgullo.
Schröder, tras su canastón, anotó los tiros libres que sellaron el mayor éxito en la historia del baloncesto alemán, un título que tiene trazos de ascenso de un nuevo poder. Un equipo que pasa a ser el rival a batir en el baloncesto de selecciones, favorito desde hoy para los próximos Juegos Olímpicos. La Alemania del eje NBA (Schröder-Wagner-Theis), del muro defensivo y los secundarios en perfecto estado de revista. Un equipo monumental y coral, hecho de baloncesto de ayer y de hoy, FIBA y NBA, por tierra, mar y aire. El mejor del mundo, ahora. El nuevo campeón.