Medvedev gana y se queja: “Va a morir un jugador”

El ruso frustra de nuevo a su amigo y compatriota Rublev, que choca por novena vez con el muro de los cuartos en un Grand Slam.

Nacho Albarrán
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Bajo unas condiciones extremas de calor (34 grados con sensación de 37) y humedad del 44%, que palió mínimamente el cierre parcial del techo retráctil de la Arthur Ashe, el ruso Daniil Medvedev ganó este miércoles por sexta ocasión en ocho enfrentamientos a su amigo y compatriota Andrey Rublev: 6-4, 6-3 y 6-4 en 2h48. Otra vez, y van nueve en su carrera, el moscovita de 25 años choca contra el muro de los cuartos de final de un Grand Slam.

Medvedev jugará el viernes su cuarta semifinal del US Open contra el ganador del duelo estelar entre Carlos Alcaraz y Alexander Zverev, que se disputa esta noche en el último turno de la central del Billie Jean King Tennis Center.

Daniil y Andrey, que se conocen desde niños y tienen un vínculo familiar (el segundo es padrino de la hija del primero) no se dieron tregua en una pugna encarnizada con intercambios y juegos largos que les llevaron a la extenuación. Tanto que en el tercer set, tras pedir dos veces un inhalador por sus dificultades para respirar, Medvedev dejó un recado a los órganos rectores del tenis en la cámara anexa a uno de los toalleros: “Va a morir un jugador y ellos lo verán”. Al final, el campeón de 2021 sobrevivió, aunque, según él, a duras penas. “Las condiciones fueron brutales para los dos. No sé si se pudo ver a través de la cámara, estábamos sudando mucho y usamos muchas toallas, no me queda piel en la nariz aquí (en la punta), y aquí (en la mejilla derecha) está rojo, pero no es por el sol. Acabo de ver a Andrey en el vestuario y su cara estaba muy roja, y tampoco es por el sol. Eso lo dice todo, es como si nos hubiéramos dejado todo ahí fuera. La cuestión es que incluso podríamos haber dado más hasta quedarnos sin nada, lo que sería un poco peligroso. La pregunta es ¿hasta dónde podríamos llegar? Tal vez a cinco sets. Pero hay una persona, Yibing Wu, que se cayó en Washington por el calor. Creo que habría que hablar de esto antes de que pase algo”, explicó en rueda de prensa.

Después del encuentro, Medvedev, agotado y con la visión nublada, se fue al vestuario y... Me senté allí, como, 10, 15 minutos, me di un baño de hielo rápido. Me cambié. Fui a comer. Pero tenía los niveles de azúcar bajos. Empecé a sudar, mi cabeza comenzó a girar. Le dije a mi equipo, por favor, tráeme cualquier comida. Estaba sentado allí así sudando como el infierno incluso con el aire acondicionado encendido, y trajeron algo de comida y luego me sentí mejor”


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