La gerontocracia norteamericana y sus consecuencias

Una nación esencialmente joven está gobernada por ancianos


En síntesis, una nación esencialmente joven está gobernada por ancianos. Estos ancianos que se aferran a las posiciones públicas pertenecen a una cohorte poblacional denominada los Baby Boomers porque representaron un boom poblacional que siguió a la Segunda Guerra Mundial y son la generación más grande de la historia del país, representando el 40% de la población. Son, además, los niños mimados de la historia de los Estados Unidos porque son los hijos de la posguerra, época en que la economía norteamericana despegó, alimentando el crecimiento de una clase media robusta y próspera como no se había visto antes. Los jefes de familia no escatimaron recursos en la educación de sus hijos y en la adquisición de bienes que crearan confort y generaran riqueza. Así, los Baby Boomers estuvieron rodeados de relativa abundancia en oposición a sus padres, que habían experimentado los rigores de una economía de guerra y habían ido al frente para defender a Estados Unidos del nazismo (muchos sin regresar).

Según Bruce Cannon Gibney, esta cohorte de 72 millones de personas se distingue por su marcado egoísmo, que se ha expresado en la búsqueda perpetua del bienestar propio a costa del de la sociedad, provocando crisis financieras, educativas y el desbordamiento del gasto fiscal para el financiamiento de sus intereses. En síntesis, según Cannon Gibney, se trata de una generación de sociópatas que debe ser preterida cuanto antes.

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