Gündogan, como “caído del cielo”

El alemán, tres asistencias ya en el Barça sin estar al cien por cien, conecta con Xavi. Su liderazgo táctico enamora al entrenador: “Cuando interviene, todo mejora”. Dio 106 pases contra el Amberes (94,7% de acierto); 36 de ellos, en último tercio del campo.

Juan Jiménez
As
Gündogan nos ha caído en el cielo”, suspiró el martes Xavi en la sala de prensa del Estadi Lluís Companys después del 5-0 contra el Amberes. Es la frase de un entrenador encantado, que el año pasado se sentía huérfano de jugadores así, con gran comprensión del juego, especialmente con la ausencia de Pedri. Camino de los 33 años, el centrocampista de Gelsenkirchen es un jugador maduro y con mucho callo táctico. Ha pasado por las manos de los mejores: Tuchel, Klopp, Guardiola…Y ha aterrizado en Barcelona en medio del reconocimiento de todos. Le avala su trayectoria, y especialmente su escandaloso final de temporada pasada, con dos goles históricos en la final de la FA Cup, apariciones decisivas en laLiga; y, finalmente la Champions. Con el círculo cerrado en Manchester, se sinceró con Guardiola: “Me voy a Barcelona”.

Pese a haber tenido alguna molestia física durante la gira por Estados Unidos (se marchó lesionado en el partido contra el Madrid en Arlington) y, hace apenas una semana, un susto en el amistoso Alemania-Francia, ya ha firmado tres asistencias. Xavi lo calificó como un jugador “superlativo”, que “mejora cada jugada cuando interviene”. Y, por lo visto, interviene mucho. Contra el Amberes dio 106 pases (94,3% de acierto), aunque el dato más significativo tal vez sea que 36 de ellos fueron en el último tercio del campo, donde se cuece lo importante, con un 86% de acierto.

Gündogan ejerce un liderato silencioso. Pero tiene jerarquía. “En lo invisible es donde más cómodo me siento; no soy una persona que necesite la atención. No es lo importante para mí; sé de qué soy capaz y de qué no (…) Un liderazgo silencioso. A veces parece que si no llamas la atención o no gritas nunca te catalogarán de líder. Para mí, un líder es el que cambia el ritmo del partido, la dinámica de un partido. Y no necesariamente tiene que ser ruidoso”, explicó el pasado martes en una entrevista con El País. Contra el Amberes, confirmó esa manera de pensar. Capaz de jugar en distintas posiciones en el centro del campo, consciente de lo que debe hacer exactamente si forma parte del doble pivote (insistir en los pases de seguridad, evitar transiciones rivales) o, si por el contrario, es mediapunta (así asistió a Pedri el día del Cádiz o este martes a João Félix). ‘Gundo’, como le gusta que le llamen, juega con una seguridad imponente. “No quiero sonar arrogante, pero creo que tengo potencial”. De momento, queda claro que se entiende con el técnico por las palabras de Xavi. El jugador devuelve el cumplido. “Estoy impresionado por el trabajo; es realmente muy bueno”. Gündogan, un futbolista “caído” del cielo para el Barça.


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