Grupo D | Benfica 0- Salzburgo 2 Simic asalta Da Luz

El delantero lidera la victoria del Salzburgo ante el Benfica con un gol y una asistencia. El partido estuvo marcado por la temprana expulsión de Antonio Silva.

Ignacio Camacho
As
Un inicio extraño marcado por dos decisiones arbitrales a favor del Salzburgo condicionó un partido que el Benfica, por cantidad de ocasiones, no mereció perder, pero que deja al conjunto portugués como colista de su grupo al terminar la primera jornada de la Champions. El turco Meler tardó un minuto y medio en señalar un penalti de los que no se suelen pitar. Trubin, portero del Benfica, midió mal un saque de esquina y golpeó a Pavlovic en la cabeza después de que el central del Salzburgo ya hubiera rematado fuera. Reglamento en mano es penalti, pero se suele hacer la vista gorda. Konaté, llamado a ser la próxima gran venta de esa fábrica de delanteros jóvenes que es la Red Bull, evitó posibles polémicas al lanzar la pena máxima por encima del larguero. El que no falló desde los once metros fue Simic, que doce minutos después convirtió otro penalti absurdo, esta vez cometido por Antonio Silva, que vio la roja por despejar un balón con la mano en la línea de gol.

Quedaban 75 minutos y un mundo para un Benfica al que el partido se le ponía muy cuesta arriba. João Mario, uno de los futbolistas con más incidencia en el juego del equipo portugués, se vio obligado a dejar su sitio a un central, Morato, en el 16′. Di María y Musa parecían quedar abandonados a su suerte, pero la realidad es que el equipo de Schmidt, con un jugador menos, se hizo con el balón y dispuso de varias oportunidades para empatar en la primera parte. Las mejores, cómo no, las tuvo Di María, que rozó hasta un gol olímpico. Del Salzburgo no se supo nada desde el 0-1 hasta el descanso.

El Benfica estuvo a punto de empatar en la primera jugada de la segunda parte, pero un imperial Schlager arrebató un gol cantado a Musa. Y en la jugada siguiente, acabó el partido. Kjaergaard dejó a Simic solo ante Trubin y el delantero, con calma, espero a que el meta saliera a su paso para cederle la pelota a Gloukh, que solo tuvo que empujar la pelota. A pesar de las circunstancias, el Benfica no bajó los brazos y logró que Schlager fuera, con amplia diferencia, la gran figura de un partido que desde el minuto 15 debía haber sido muy tranquilo para el guardameta del Salzburgo.


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