FRANCIA 2 - IRLANDA 0 / Tchouaméni es un cañón

Un espléndido partido contra Irlanda del mediocentro del Real Madrid, con golazo incluido, allanó la victoria de la selección francesa.

Andrés Onrubia
As
La selección francesa, habiendo logrado cinco victorias en cinco partidos, se clasificó virtualmente para la próxima Eurocopa después de derrotar por 2-0 a Irlanda en el Parque de los Príncipes. Los pupilos de Didier Deschamps doblegaron a un rival debilitado por la ausencia de Evan Ferguson y sometido al estruendo y el pundonor de uno de los centrocampistas que mejor ha empezado la temporada en Europa, Aurélien Tchouaméni. El de Rouen abrió el marcador con un misil en el minuto 20, dominó su parcela a su antojo y allanó el camino de la tricolor. Marcus Thuram, en la segunda parte, sentenció un encuentro espeso en líneas generales y que apenas tuvo emoción por la superioridad manifiesta de los galos.

El once de la subcampeona del mundo era una continuación de lo que se había divisado en los últimos parones internacionales. Un 4-3-3 bien definido, con libertad para Griezmann en el mediocampo, con Tchouaméni de sostén y con la novedad de Rabiot, al que prefirió Deschamps en detrimento de Camavinga. En defensa, Lucas Hernández, imperial durante el comienzo de la temporada con el PSG, volvía a vestirse de corto con la tricolor tras una lesión de gravedad en la rodilla en el pasado Mundial.

Tchouaméni fue la luz que avivó a una Francia apagada, espesa, sin ideas y con muchas dificultades para imponerse a Irlanda, replegada con cinco defensas y una línea de cuatro centrocampistas que se atrincheraba en su campo. El mediocentro del Real Madrid adelantó a los de Deschamps en el minuto 19 con un remate espectacular y marca de la casa, porque ya en el Mónaco había demostrado que ostentaba un disparo atronador y en el pasado Mundial, en los cuartos de final, abrió la lata contra Inglaterra después de un zambombazo desde 30 metros.

Un disparo sutil, desde el flanco izquierdo, imparable para Bazunu, que, aunque se estiró al máximo, era imposible repelerlo. A partir de entonces arrancó la exhibición de Tchouaméni, que cortó un sinfín de contras de Irlanda y se erigió como una bestia indomable en el mediocampo. Ante del descanso, la Francia de Deschamps, subcampeona del mundo, pero con los mismos problemas de antaño frente a equipos defensivos, pudo sentenciar por medio de Mbappé, pero su gol se lo anularon porque Marcus Thuram estaba en fuera de juego. El jugador del Inter de Milan había entrado por el lesionado Giroud, que tuvo que retirarse del terreno de juego en el minuto 26.

Francia volvió a dominar, contundente, pero esta vez la lentitud del primer tiempo contrastó con un bombardeo desde el túnel de vestuarios. Marcus Thuram aprovechó su oportunidad, nutriéndose de una indecisión de la defensa irlandesa, para materializar el 2-0 de la subcampeona del mundo. El partido parecía visto para sentencia y los galos denotaban otro día más que son una selección que necesita poco, muy poco, para marcar las diferencias.

Francia se limitó a mover el balón de lado a lado y a esperar a que Irlanda reaccionara, pero los británicos, privado de su promesa emergente, Evan Ferguson, no querían correr ningún tipo de riesgos para no desprotegerse. Tchouaméni, insaciable, volvió a intentarlo desde la frontal del área, aunque esta vez su disparo fue rechazado por un Bazuni inmenso en esta ocasión. Deschamps introdujo a Camavinga y Coman en el tramo final, pero todo el segundo tiempo fue un apeadero que confirma todavía más a Francia como líder de grupo y con posibilidades de clasificarse matemáticamente para la próxima Eurocopa en la jornada siguiente.


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