F1 | SUZUKA / Un Red Bull para la historia
La escudería de Milton Keynes logra su sexto título de constructores con uno de los monoplazas más dominantes de siempre.
Curiosamente,
un equipo tan ganador como el de Milton Keynes todavía tiene
estadísticas discretas entre las escuderías más legendarias del
automovilismo. Son el quinto en victorias (106) muy lejos de Ferrari
(243) o McLaren (183). Y los sextos en cuanto a títulos de constructores
superados de nuevo por Ferrari (16), Williams (9), McLaren (8),
Mercedes (8) y Lotus (7). El motivo: su corta historia. Compiten
oficialmente desde 2005, cuando el dueño de la bebida energética
(Dietrich Mateschitz, fallecido hace un año) compró la escudería Jaguar y
estableció un programa de automovilismo como la herramienta más potente
de márketing.
Lo recuerda Christian Horner, jefe del equipo desde el primer día: “Cuando llegué, estaba claro que Dietrich quería competir. Compró Jaguar, que era un séptimo permanente en la F1, para construir un equipo que ninguno podría haber imaginado. Han sido 19 años fenomenales, pero no miramos hacia atrás, sino hacia adelante. Para asegurar estos títulos, aunque nadie mire Wikipedia ahora serán estadísticas importantes y nos harán estar orgullosos. Miraremos al próximo año y a los siguientes, cuando nos asociaremos con Ford para producir nuestra unidad de potencia a partir de 2026 desde cero. Espero que el viaje tenga más capítulos”.
La ausencia de ‘porpoising’ y Verstappen
El medio es el RB19, casi sin puntos débiles, con la mejor aerodinámica de la parrilla y un motor Honda al nivel de Ferrari y superior a Mercedes. Red Bull se aprovechó en el nacimiento de esta generación de monoplazas de la ausencia de porpoising, así que desde los primeros meses trabajaron en mejorar su concepto de diseño mientras otros rivales directos tenían que resolver primero los problemas que generaba el rebote en sus coches. Por ahí se explica buena parte de la ventaja que tienen ahora. La sanción por exceder el techo de gasto en 2021 no hizo buena prensa, pero el dominio a partir de entonces ha eliminado cualquier sombra de sospecha.
Y el resto lo pone Verstappen. El
neerlandés, próximo tricampeón, protagonizó este año la racha de
triunfos más larga de la historia de la F1 (diez, entre Miami y Monza)
superando los nueve de Vettel en 2013, también con un Red Bull. La
simbiosis entre coche y piloto es absoluta, Checo Pérez pronto perdió la
estela de su compañero a partir de Bakú. Tras la exhibición en la
clasificación de Suzuka, el mexicano reconoció: “Ha sido muy fuerte,
vemos la diferencia que hace. Su vuelta fue tremenda. Enhorabuena”.
“En Mónaco hizo falta un extra de Max para batir a Alonso”
“Si miramos carreras como Mónaco, la vuelta de clasificación de Fernando allí fue buenísima e hizo falta un extra especial de Max. Tocó cada barrera en el último sector para hacer la pole, aquello fue crítico. En Mónaco ya vimos que los circuitos urbanos serían un desafío para nosotros, como lo fue Azerbaiyán. En circuitos de curvas cortas hemos tenido algún problema, pero empezamos a entender por qué y trataremos de corregirlo en el futuro. Queremos un coche que compita en todas las pistas y el RB19 es bastante fuerte, pero eso es bastante complicado. Ya vemos que detrás de nosotros hay cambios entre los coches que nos siguen en función del circuito”, explica Horner sobre los leves altibajos del Red Bull, por ejemplo en Marina Bay. Si es que se puede utilizar la palabra altibajo para hablar de la única carrera que no ganó un RB19, o aquellas en las que no contaron con más de diez segundos de ventaja.