Estados Unidos acusó a China de intentar remodelar el entorno mundial de la información a través de la propaganda y la censura

Un informe del Departamento de Estado afirma que Pekín invierte en “manipulación de la información extranjera” mediante el uso de la desinformación


La “manipulación informativa global de China no es simplemente una cuestión de diplomacia pública, sino un desafío a la integridad del espacio informativo global”, afirma el informe.

“Sin control, los esfuerzos de Beijing podrían dar lugar a un futuro en el que la tecnología exportada por la RPC (República Popular China), los gobiernos locales cooptados y el temor a las represalias directas de Beijing produzcan una fuerte contracción de la libertad de expresión mundial”.

China está trabajando para convertirse en una superpotencia global de medios y desinformación (REUTERS/Tingshu Wang)
China está trabajando para convertirse en una superpotencia global de medios y desinformación (REUTERS/Tingshu Wang)

El informe, publicado por el Global Engagement Center del Departamento de Estado, afirma que Beijing gasta anualmente miles de millones de dólares en “manipulación de la información extranjera” -mediante el uso de la propaganda, la desinformación y la censura-, al tiempo que promueve noticias positivas sobre China y su gobernante Partido Comunista.

“Cuando se observan las piezas del rompecabezas y se juntan, se ve una ambición impresionante por parte de la República Popular China de buscar el dominio de la información en regiones clave del mundo”, declaró a la prensa James Rubin, enviado especial y coordinador del GEC.

James Rubin, coordinador del Global Engagement Center (REUTERS/Stevo Vasiljevic)
James Rubin, coordinador del Global Engagement Center (REUTERS/Stevo Vasiljevic)

Según el informe, el enfoque chino de la manipulación de la información incluye la promoción del “autoritarismo digital”, la explotación de las organizaciones internacionales y el control de los medios de comunicación en lengua china.

Estos esfuerzos podrían permitir al régimen chino “remodelar el entorno mundial de la información, creando sesgos y lagunas que podrían incluso llevar a las naciones a tomar decisiones que subordinen sus intereses económicos y de seguridad a los de Pekín”, añadió el documento.

El primero es su influencia abierta y encubierta sobre contenidos y plataformas. Señaló que la RPC busca maximizar el alcance de contenidos sesgados o falsos que le sean favorables y, para ello, ha adquirido participaciones en medios extranjeros y ha patrocinado a influencers online.

El segundo es la restricción a la libertad de expresión global. Los autores del informe advirtieron que el régimen chino emplea tácticas de intimidación para silenciar la disidencia y fomentar la autocensura, especialmente en temas que considera delicados.

Y el tercero es su “comunidad de autoritarios digitales”. El reporte remarcó que la RPC promueve el autoritarismo digital, que implica el uso de la infraestructura digital para reprimir la libertad de expresión, censurar las noticias independientes, promover la desinformación y negar otros derechos humanos. “Mediante la difusión de tecnologías para la vigilancia y la censura, a menudo a través de capacidades agrupadas bajo el paraguas de ‘ciudades inteligentes’ o ‘seguras’, la RPC ha exportado aspectos de su entorno de información nacional a todo el mundo”, afirmó el documento, y subrayó que el régimen ha propagado tácticas de control de la información con especial atención a África, Asia y América Latina.

Una pantalla gigante muestra al presidente chino, Xi Jinping, cantando el himno nacional durante una ceremonia  (REUTERS/Carlos García Rawlins)
Una pantalla gigante muestra al presidente chino, Xi Jinping, cantando el himno nacional durante una ceremonia (REUTERS/Carlos García Rawlins)

Este informe, además, llega después de que el secretario de Estado Antony Blinken afirmara este jueves que China pretende superar a Estados Unidos como “potencia dominante en el mundo: militar, económica y diplomáticamente”.

Los diferendos comerciales, la cuestión de Taiwán y la presencia china en el mar de China Meridional, a la que Washington califica de expansionista, son algunos de los temas que enfrentan a Estados Unidos y China. Pero los dos países han renovado el diálogo en los últimos meses con una sucesión de visitas de altos funcionarios estadounidenses a Pekín, incluido Blinken.

El jefe de la diplomacia estadounidense dijo que había mucho en juego en Taiwán debido a su papel en la economía global. “Si hubiera una crisis sobre Taiwán precipitada por acciones chinas, tendríamos una crisis económica global”, expresó Blinken.

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